Los hermanos Wachowski nos ofrecen con "El destino de Júpiter" su nueva aventura sci-fi. Una aventura que mejora en cuanto a nitidez y precisión argumental a otras obras de estos hermanos (admito que "El destino de Júpiter" me ha parecido más acabada, congruente y disfrutable que la difusa "El atlas de las nubes" o que la candorosa "Speed Racer"), pero que no evita estar a años luz de su memorable "Matrix" (de la que copia malamente muchos elementos, por cierto).

"El destino de Júpiter" nos narra el cómo la vida de Jupiter Jones (Mila Kunis) en Chicago es trastocada cuando varios seres intergalácticos luchan por atraparla, matarla o rescatarla. Todo ello porque Júpiter es nada menos que la heredera de un imperio intergaláctico... incluyendo a la Tierra como la parte más importante de su herencia. Pero la avanzada realeza del Universo no desea que esta joven se haga con su herencia.

Admito que la premisa de "El destino de Júpiter" (con esa realeza Universal avanzada que usa y desusa a los planetas (y a sus seres vivos) a su antojo... y con esa ajena y empática heredera terrícola) me resulta de lo más atractiva y jugosa dentro del género. Los Wachowski han dado con un argumento provechoso y sabroso que, bien llevado a escena, hubiera supuesto un nuevo hito en la ciencia-ficción; un éxito futurista con miga que hubiera dado más secuelas y que hubiera supuesto un nuevo y necesario impulso en la carrera de estos hermanos (que ya demostraron que son capaces de aportar cuidado e innovación en la ciencia-ficción). Por desgracia los Wachowski llevan la premisa a escena con completa mediocridad e infantilismo. Una losa que, si bien al menos no hace de "El destino de Júpiter" algo infame (la cinta es soportable para el fan que se pirre por el género sci-fi), le pesa al metraje en cuanto a previsibilidad, desapego e indiferencia para con el espectador.

"El destino de Júpiter" logra y aporta un mínimo gancho gracias a esa pequeña curiosidad que despierta su premisa (de llamativo y singular "imperio intergaláctico" con ignorante y elegante heredera), y gracias a un desarrollo de cierta intriga hacia el destino de ese monumental imperio y de su afable heredera... un desarrollo estructurado con corrección. Ese es el sostén de "El destino de Júpiter", pues el film no tiene ninguna otra virtud o seducción a destacar.

"El destino de Júpiter" no se desarrolla en el guión con cuidado, meticulosidad, seriedad, perspicacia, madurez y personalidad. Al contrario, nos encontramos con un libreto inundado de pequeños momentos simplones, previsibles e infantiloides... momentos y situaciones facilonas, perezosas y poco trabajadas. Tal es el descuido del guión que deja algunas frases y momentos tan ridículos que producen risa inintencionada (ese Channing Tatum con ese "soy un licánido, tengo más en común con un perro que contigo")... unas situaciones tontorronas y palurdas que se dan demasiado en el film. El libreto también despliega pereza con momentos redundantes (la cantidad de veces que secuestran y rescatan a la protagonista es exagerada) o accesorios (¿era necesaria la subtrama del telescopio y su poco trabajo en el papel?). Este descuido en el guión con diálogos y situaciones simplonas, tópicas y aniñadas hacen que "El destino de Júpiter" (sin echar del todo para atrás al fan total de la ciencia-ficción) se pueda ver sin descuidar el hilo de la trama mientras se realiza otra actividad (pues el espectador no se perderá algo interesante o destacado en el metraje... pues no lo hay en sus detalles).

"El destino de Júpiter" no se desarrolla al detalle con poder y convicción sino con topiquez y bobería... eso la hace ridícula y estrafalaria en muchos puntos. Y es una pena, pues pudo ser un estandarte del género.

La ambientación por su parte deja bastante que desear. Los hermanos Wachowski reciclan estéticas vistas mil y una veces en el género sci-fi... y las reciclan con desgana, vulgaridad y frivolidad. La puesta en escena es más bien comparable a bodrios del género como "Campo de batalla: La Tierra", o "Waterworld". Ni las armas, ni el look de los protagonistas, ni las naves, ni las batallas de rayos de energía... nada de esto atrapa en "El destino de Júpiter", que ofrece un batiburrillo visual nada definido en cuanto a estética singular. La banda sonora tampoco es destacada. Y los efectos especiales, aun correctos, no logran realzar esa mundaneidad en su ambientación (ambientación que solo consigue cierta fascinación para con el espectador en momentos muy puntuales (contados con los dedos) y limitados (como esa descripción inicial del nuevo planeta conquistados por los Assax)).

Los Wachowski por su parte aportan una realización admisible y tolerable... pero mundana y nada destacada. Con escenas de acción (ya de por sí redundantes, previsibles y holgazanas en el libreto) inapetentes. Y el reparto está en líneas generales descolocado. Tan solo Kunis está aceptable y se toma su papel con algo (incido en el "algo") de sensatez y empaque que aporta al personaje. El resto del elenco, no se sabe si avergonzado de lo tonto y estrafalario de la mayoría de las frases que deben soltar o por qué, está extraño. Destacan negativamente Redmayne, Tatum y Bae como afectado villano, zoquete anti-héroe y sobreactuada princesa intergalactica respectivamente... están directamente de Razzie.

En fin, "El destino de Júpiter" pudo ser (gracias a su curiosa premisa y a su presupuesto) una gran película de ciencia-ficción... y sin embargo no llega ni al aprobado por culpa de su desgana en su desarrollo (desgana que se transmite irremediablemente al espectador), tanto en el guión como en la puesta en escena. Sus contados momentos razonables quedan tristemente difuminados.Para nada destacable dentro de la ciencia-ficción... pero las he visto peores.

Lo mejor: La premisa y el gancho que aporta (el único del metraje). Kunis.
Lo peor: El tratamiento tópico y bobo de sus detalles en el libreto. Tatum y Redmayne.