... así que absténganse los que crean que el sexo es algo inmundo y pecaminoso y no algo natural para todos los animales de esta vida terrenal (y aunque los excesos obsesivos no son buenos, y en el equilibrio está la virtud... tampoco es recomendable tirar para el otro lado y negar una parte importante de nuestro ser como es la sexualidad), también absténganse los homófobos (pues "The Rocky Horror Picture Show" toca todos los palos (nunca mejor dicho) y colores de la bandera arcoíris: desde la heterosexualidad hasta lo homosexualidad pasando por todo lo demás).

Pues, si son un público adulto que cuenta con el sexo como algo tan maduro como natural... ésta puede ser una de sus películas divertidas. Y es que esta adaptación del musical teatral del mismo nombre de 1973 (solo dos añitos se llevan la obra original y esta traslación cinematográfica. Y bien podría decirse que fueron concebidas como proyectos a la vez) sabe maridar a la perfección un guion espabilado, unas actuaciones notables y unos números musicales pegadizos.

Comedia, musical, intriga y fábula se entremezclan en este relato que nos narra como una pareja "inocentona" (aquí todo está caricaturizado en cierta medida agradecida) encarnada por Susan Sarandon y Barry Bostwick pincha una rueda de noche y va a parar a una "tétrica" mansión. En ella nos topamos con una suerte de Doctor Frankenstein (Tim Curry)... pero este Frankenstein (del que descubriremos más adelante su misterioso origen) no ansía crear vida, su objetivo es que todos sus invitados y él mismo sean liberados sexualmente y se den a sus deseos primarios.

Y así, "The Rocky Horror Picture Show" se carga con simbolismos (muy bien insertadas las luces de colores vivos, la bandera arcoíris o el vestuario del protagonista y sus "creaciones") que no pueden sino generar complicidad y simpatía a todo aquel que conviva con su sexualidad de forma confortable y formada. Y, si bien es cierto que el guion pudo elaborar un poquito más y mejor los detalles de su enigmas fantásticos, poco importa para un conjunto de desarrollo argumental presto y multifacético en casi todo momento gracias a un progreso ajustado en sus interrogantes y deslavaciones, gracias a unas avispadas notas de humor durante los acontecimientos, gracias a sus atrayentes y abundantes números musicales... y sobre todo gracias a un Tim Curry en estado de gracia.

Y es que Curry es puro carisma, regala una desenvoltura en su rol queer a la par que intrigante maravillosa. El espectador apenas podrá apartar los ojos de la pantalla con sus ademanes memorables y sus miradas singulares. El resto del reparto está aceptable, pero en ningún caso llega a la brillantez arrebatadora de Curry. No me malinterpreten; el casting atina en los papeles de cada personaje de la función con comodidad... pero nunca con un tino audaz (¡vamos, que esto no es la apoteosis actoral de "Chicago" (2002), "Sonrisas y lágrimas" (1965) o "Mary Poppins" (1964) si de musicales con todas las actuaciones superlativas se refiere!).

El film nos va regalando además una música amena siempre (con un par de temas inolvidables: "Time Warp" y "Sweet Transvestite") y un diseño de decorados, un vestuario y maquillaje impolutos para con el tono del metraje. La pata más floja del film es una realización usual (no mala, pero sí común en sus planos/contraplanos y planos recurso) y unos efectos especiales vergonzosos (sí, ya sé que también se deben a la época... pero ahí no reside todo su mal, es la falta de ambición que hay en ellos para hacerlos algo más creíbles y cercanos. ¡Que el año anterior se estrenó "El coloso en llamas" y sus efectos especiales no sacaban tanto al espectador de la cinta!).

Pero sus defectos apenas empañan (aunque lo hacen, es en poca media) un conjunto tan laborioso como perspicaz en su temática y espectáculo. Es un film muy recomendable a todo público adulto respetuoso (los beatos y/o homófobos no podrán soportar la cinta, avisados quedan) e indispensable a todo cinéfilo o aficionado al género musical, al thriller o al cine con temática LGTBI. Pues, aunque "The Rocky Horrow Picture Show" no sea un musical de la categoría de "El Rey León" (1994), "Chicago" o "La bella y la bestia" (1991), se pone a la notable altura de "Grease" (1978), "Hairspray" (2007) o "En la cuerda floja" (2005). Y desde luego mejor que horrores (éstos de verdad) como "The Prom" (2020), "Nine" (2009) o "Cats" (2019) sí es.

Lo mejor: Me quedo con el tour de force de Tim Curry.
Lo peor: ...