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Voto de Feng Lanzhí:
7
7,1
389
Drama
Adaptación de la tragedia griega de Eurípides "Ifigenia en Aulide". Antes de la guerra de Troya, cuando las tropas aqueas se preparaban para zarpar de Áulide con destino a Troya, la ausencia de viento retuvo a los mil navíos griegos en el puerto. Un adivino reveló que Artemisa, la diosa de la caza, estaba furiosa porque los griegos habían matado a uno de los animales que ella protegía. La única manera de apaciguar a la diosa y obtener ... [+]
12 de julio de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación de la tragedia de Eurípides que no disimulaba su escaso presupuesto, lo que no le impidió ser candidata al Oscar a la mejor película extranjera.
A falta de una recreación mejor, se utilizaban como decorados las ruinas de aquella epoca, alguna tan célebre como la puerta de Micenas, que guardaba el antiguo palacio de Agamenón. Por otro lado, el vestuario resultaba creíble, aunque lo verdaderamente importante era el dramatismo y el trabajo de los actores, y en eso no decepcionaba.
Las naves de Agamenón, dispuestas para la guerra de Troya, no podían hacerse a la mar por la falta de viento y la diosa Artemisa, enfurecida por la pérdida de un ciervo sagrado, le pondría una condición al rey para liberar el viento, el sacrificio de su hija, Ifigenia.
Destacaba Irene Papas en el papel de una madre desesperada, Tatiana Papamoschou, interpretando a la inocente Ifigenia, y Kostas Kazakos en el papel de Agamenón, quien era devorado por la duda. Debía decidirse entre la gloria en la batalla y la devoción de los suyos o la vida de su hija.
Hay que tener en cuenta que en la obra no se cuestiona el mensaje de la diosa transmitido en el Oráculo. Todos asumían y Agamenón el primero, que si no se satisfacía la demanda de la diosa, no habría más remedio que disolver el numeroso ejército que esperaba ansioso en la costa. Eran miles de hombres agobiados por el calor y el hambre, ansiosos por lograr un gran botín ante sus enemigos. El riesgo a una rebelión estaba presente en todo momento.
Recomendable para los aficionados a las obras clásicas, y si es en el griego original, mucho mejor.
A falta de una recreación mejor, se utilizaban como decorados las ruinas de aquella epoca, alguna tan célebre como la puerta de Micenas, que guardaba el antiguo palacio de Agamenón. Por otro lado, el vestuario resultaba creíble, aunque lo verdaderamente importante era el dramatismo y el trabajo de los actores, y en eso no decepcionaba.
Las naves de Agamenón, dispuestas para la guerra de Troya, no podían hacerse a la mar por la falta de viento y la diosa Artemisa, enfurecida por la pérdida de un ciervo sagrado, le pondría una condición al rey para liberar el viento, el sacrificio de su hija, Ifigenia.
Destacaba Irene Papas en el papel de una madre desesperada, Tatiana Papamoschou, interpretando a la inocente Ifigenia, y Kostas Kazakos en el papel de Agamenón, quien era devorado por la duda. Debía decidirse entre la gloria en la batalla y la devoción de los suyos o la vida de su hija.
Hay que tener en cuenta que en la obra no se cuestiona el mensaje de la diosa transmitido en el Oráculo. Todos asumían y Agamenón el primero, que si no se satisfacía la demanda de la diosa, no habría más remedio que disolver el numeroso ejército que esperaba ansioso en la costa. Eran miles de hombres agobiados por el calor y el hambre, ansiosos por lograr un gran botín ante sus enemigos. El riesgo a una rebelión estaba presente en todo momento.
Recomendable para los aficionados a las obras clásicas, y si es en el griego original, mucho mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La pobre Ifigenia, huye inútilmente por el bosque ante el acoso de los soldados, que la conducen hasta su padre. Ante él suplicará por su vida en una de las mejores secuencias: “Soy yo, Ifigenia. Fui la primera en llamarte papá. Decías… ¿viviré para verte casada con un rey? Y yo tiraba de tu barba y contestaba…Cuando seas viejo vendrás y recibirás todo el amor que me diste”.
La triste ascensión de Ifigenia por la escalinata de piedra le acerca a un siniestro sacerdote vestido de negro, que agarra finalmente a la chica como si fuera una fiera.
Y para terminar, un gran plano de la mirada llena de odio de la madre.
La triste ascensión de Ifigenia por la escalinata de piedra le acerca a un siniestro sacerdote vestido de negro, que agarra finalmente a la chica como si fuera una fiera.
Y para terminar, un gran plano de la mirada llena de odio de la madre.