Nochebuena de 1988, nace John McClane, el héroe de acción moderno y padre de los héroes de acción de estos tiempos. Un referente para todas las películas del género, el héroe que más nos gusta, el que tiene verdaderos problemas en su vida, el que se lleva los golpes de todos los colores, el que ante la adversidad y el dolor físico se levanta para acabar con los malos, el poli irlandés borracho que habla solo y sabe reirse de sus adversidades y de sus adversarios, el “Working Class Hero”.

John McTiernan convierte Nakatomi plaza en patrimonio histórico del cine y demuestra que para hacer una buena película no es necesario estrujarse los sesos ni tener un guión complejo, ni siquiera tener grandes localizaciones. El cine a veces es más simple que todo eso, simplemente algo de ingenio en los diálogos, acción, personajes que se hacen mitos, frases para la historia y pequeños detalles que hacen que un héroe sin nada en especial, pero con mucha grandilocuencia y simpatía, se convierta en un héroe legendario que perdurará para siempre en la historia del cine. John McTiernan nos regala al espectador cada vez que la vemos un feliz día de acción, gracias y “Yippi Kae Yei”.