HALCÓN: "¿Steve, quienes son los malos?"
CAPITÁN AMÉRICA: "Si te disparan a ti, son los malos"

Si al papanatas de Joaquin Phoenix lo nominaron al Globo de Oro por masturbarse en la cama con la voz de Scarlett Johansson, ¿qué premio me tendrían que dar a mí, que le vengo dedicando una por película desde "Ghost World"? Mínimo un Oscar. O una Palma de Oro, nunca mejor bautizado un premio para este contexto.

Ay mama mía, verla en pelirroja y con el enterito negro ceñido al cuerpo, es demasiado para este pobre corazón. De verdad, yo creo que ahora que se quedó embarazada, no fue producto de las relaciones con su marido, sino que fue preñada Lucina Sine Concubita como resultado de la energía orgónica sexual que le transmitieron los millones de nerds pajeros que fueron a ver Los Vengadores.

Claro que el repertorio femenino no termina ahí. Las agentes son todas lindas; ya había dicho en mi crítica de la serie "Marvel's Agents of Shield", que más que una agencia de espionaje, parecía una agencia de modelos. En esta ocasión, además de la chica Match Point, tenemos el flashback en proyección de Súper 8 de Hayley Atwell, más la incorporación de Emily VanCamp y Cobie Smulders. Estoy empezando a pensar que tal vez tengamos equivocado el acrónimo, y que S.H.I.E.L.D. en realidad significa "Súper Hembras Increíblemente Exuberantes, Lujuriosas y Despampanantes".

Y usted quizas estará pensando, ¿por qué el idiota este arrancó su review hablando de chicas?
Es que luego de la cadorcha que resultó ser "Thor: Un Mundo Oscuro", cuyo guión fue tan elemental que cualquiera de nosotros podría haberlo escrito en 10 minutos sentados en el escusado mientras estamos cagando, realmente pensaba que las mujeres de buen ver iban a ser lo único interesante de esta segunda entrega del Capi. Todos eran malos augurios: un script firmado por McFeely y Markus - dos de los guionistas de Thor-mierda - y en la silla del director se sentaban estos dos desconocidos hermanos, cuyo único currículum era haber hecho "Tú, yo y Dupree". Todo hacía pensar que ibamos a asistir a otra película relleno, cuyo único propósito fuera seguir preparando el camino y marketineando al futuro megaevento "Avengers 2: la era de Ultron". Opa, cuan equivocado que estaba.

Este film tiene aciertos en tantos niveles, que hay que ordenarse un poco. Por empezar, es la peli de Marvel menos amistosa para los niños: hay tantos muertos y tiroteos como en una de Rambo -además del mexican standoff más grande del universo, ¡se muere de envidia Tarantino!-. Tampoco es una película de superhéroe clásica como El Primer Vengador. De la misma manera en que decíamos que si a El Caballero Oscuro le quitábamos la máscara y los gadgets, nos quedaba una película de gangsters, si aquí dejamos de lado las imposibles piruetas que hace la pareja protagonista y las aeronaves futuristas, tenemos lo que puede ser una buena película de espionaje. Intrigas, traiciones, micrófonos ocultos, topos y espectaculares persecuciones automovilísticas a lo James Bond, no son las cosas que uno a priori esperaba de una historia del Capitán América, pero esto es lo que se nos da.

En segundo lugar, acertadamente disminuyen el lugar relevante del capitán Rogers, para crear una sensación de equipo resolviendo problemas en colaboración, bien al tono de los Vengadores. Los Russo logran hacer una auténtica y genuina historia de S.H.I.E.L.D., eso que la verga de "Agents of Shield" quiso ser y no pudo.

El tema del argumento está representado por el diálogo que puse al comienzo: Rogers no sólo está fuera de su tiempo físicamente, sino también política y sociológicamente. Él es el chupa medias del Tío Sam, la iconografía estadounidense con patas, la propaganda andante del imperialismo estadounidense. Antes todo era más fácil para él: ellos eran "los buenos", y luchaban contra los nazis, "los malos". En el siglo XXI, el enemigo no es tan fácilmente identificable. Es la época del morocho Nick Fury, que creció durante la guerra fría: un nueva realidad de intrigas, complots y máscaras, donde todo es más difuso. Es aquí donde el personaje principal se siente, más que por cualquier otra cuestión, un hombre fuera de su tiempo.

(Sigo un poquito más sin ningún espoiler, lea tranquilo:)