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España España · Mexico
Voto de Alfie:
7
Drama. Comedia Relato sobre los problemas de comunicación (o incomunicación) entre un padre y un hijo. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inevitablemente, y después de Splendor, Scola comprendió perfectamente que aquella maravillosa relación entre el propietario de ese cine tan romántico y maravilloso (Mastroniani) y su empleado (Troisi), encargado de la proyeccción, no podía quedar ahí. Así terminó esa maravillosa cinta de 1988: con una sensación de complicidad y de cercanía entre ambos actores que hacía sospechar que volverían a ser reclamados por el director romano para interpretar otras de sus películas. De hecho Troisi lo haría en otra ocasión más completando, en tan solo dos años, tres colaboraciones que supondrían para el actor italiano su casi única y mejor etapa dentro del mundo del cine. Para Mastroiani, sumido ya en la madurez de una carrera plagada de éxitos, Troisi y Scola creaban ese ambiente fraternal que le hacía sentirse a gusto y poder seguir así con esa buena línea de interpretación que contemplaron sus últimos años.

Con estos antecedentes, Scola no quiso complicarse demasiado. Una cinta sencilla, reflejo clarificador de las relaciones entre padres e hijos y con dos únicos protagonistas cuya buena sintonía hacían funcionar a la cámara prácticamente sola. La metáfora adorna la hora y media del metraje convirtiéndola, junto a unos muy buenos diálogos, en lo más destacable de la cinta. Reflexiones y conclusiones acertadas las que plantean ambos personajes haciendo de su relación un "algo intemporal" en la que casi todos nos podemos ver representados: esos padres planeando la vida de sus hijos como si fuera la suya, con esa buena intención innegable, pero costándoles sudor y lágrimas aceptar que ya no llevan a sus niños de la mano y que estos, muchas veces equivocadamente, intentan seguir caminos totalmente contrarios a los que han visto o a los que les tienen preparados. Conflictos estos tan viejos como la vida misma y que seguirán presidiendo una y otra vez esas relaciones, tan bonitas a veces y tan complicadas la mayoría, entre "generale e figlio".

Cinta pues de transición pero de inevitable trascendencia para los que gustan del cine del director romano que, como ya he repetido en alguna critica que otra, tiene la particular virtud de nunca defraudar a sus seguidores dirigiendo películas con una gran pasión y compromiso. Dichas virtudes refuerzan su trabajo de un modo extraordinario y si, como en este caso, no es capaz de alcanzar la emoción de sus grandes títulos ("Una Jornada Particular", "C´eravamo Tanto Amati" o "Splendor") si al menos mantiene y compromete al espectador en unas historias tan cercanas como ilustrativas.
Alfie
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