Media votos
5,7
Votos
1.097
Críticas
287
Listas
6
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de BigCat:
9
8,1
124.403
Ciencia ficción. Terror
De regreso a la Tierra, la nave de carga Nostromo interrumpe su viaje y despierta a sus siete tripulantes. El ordenador central, MADRE, ha detectado la misteriosa transmisión de una forma de vida desconocida, procedente de un planeta cercano aparentemente deshabitado. La nave se dirige entonces al extraño planeta para investigar el origen de la comunicación. (FILMAFFINITY)
1 de septiembre de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ese bichito tan feo y yo tenemos algo en común: ambos nacimos en el año 1979. Sí, fuimos paridos bajo el mismo signo del zodíaco chino (cabra, por si a alguien le interesa).
Mi mamá se llama Otilia: el papá de este alien se llama Ridley Scott. Mi mamá está muy orgullosa de mí porque, para ella, soy la criatura más perfecta del mundo (amor de madre). Y Ridley Scott puede estar asimismo muy orgulloso por haberle insuflado vida al bicho más resistente, cabrón y sin escrúpulos de la galaxia. Un monstruo brillante, tenaz, persistente y astuto, cuya sangre es corrosiva, asquerosa y mortal.
Cuando vi Alien me quedé pegada a la silla durante todo el rato, con los ojos abiertos como platos, los sentidos agudizados por la tensión, las manos crispadas sosteniendo una lata de coca cola. La ventana del salón estaba abierta y oí un ruido de la calle; como resultado, pegué un ridículo salto en la silla. A riesgo de parecer idiota, con ese ejemplo quiero transmitir que Alien es la esencia del suspense, el arte de mantenerte en vilo, la magia de hacer que no despegues la mirada de la pantalla aunque tengas miedo de que la próxima escena sea espeluznante y asquerosa. Sea como sea, y aunque quieras taparte los ojos o apartar la vista, NO PUEDES.
Pocas películas me han provocado esa fascinación. Pocas veces me he creído tanto a un personaje como a la teniente Ripley. Poquísimas veces me ha importado tan poco que la película esté descontextualizada. Aquí eso juega a favor: sólo sabemos que es una nave comercial tripulada por humanos, pero desconocemos el año, las circunstancias, la historia de la tripulación, lo que sucede en la Tierra, qué descubrimientos se han hecho sobre el espacio... ni siquiera nos importa demasiado qué es lo que transporta la nave (en la Wikipedia sale). Todo da igual porque sucede un hecho concreto: el alien entra en la nave, y el alien es un tipo chungo.
No hay diálogos idiotas, no hay frases grandilocuentes, no hay nada estúpido. Y además, en la película sale un gato. Siete humanos, un gato y un alien: así se resume esta obra maestra.
Mi mamá se llama Otilia: el papá de este alien se llama Ridley Scott. Mi mamá está muy orgullosa de mí porque, para ella, soy la criatura más perfecta del mundo (amor de madre). Y Ridley Scott puede estar asimismo muy orgulloso por haberle insuflado vida al bicho más resistente, cabrón y sin escrúpulos de la galaxia. Un monstruo brillante, tenaz, persistente y astuto, cuya sangre es corrosiva, asquerosa y mortal.
Cuando vi Alien me quedé pegada a la silla durante todo el rato, con los ojos abiertos como platos, los sentidos agudizados por la tensión, las manos crispadas sosteniendo una lata de coca cola. La ventana del salón estaba abierta y oí un ruido de la calle; como resultado, pegué un ridículo salto en la silla. A riesgo de parecer idiota, con ese ejemplo quiero transmitir que Alien es la esencia del suspense, el arte de mantenerte en vilo, la magia de hacer que no despegues la mirada de la pantalla aunque tengas miedo de que la próxima escena sea espeluznante y asquerosa. Sea como sea, y aunque quieras taparte los ojos o apartar la vista, NO PUEDES.
Pocas películas me han provocado esa fascinación. Pocas veces me he creído tanto a un personaje como a la teniente Ripley. Poquísimas veces me ha importado tan poco que la película esté descontextualizada. Aquí eso juega a favor: sólo sabemos que es una nave comercial tripulada por humanos, pero desconocemos el año, las circunstancias, la historia de la tripulación, lo que sucede en la Tierra, qué descubrimientos se han hecho sobre el espacio... ni siquiera nos importa demasiado qué es lo que transporta la nave (en la Wikipedia sale). Todo da igual porque sucede un hecho concreto: el alien entra en la nave, y el alien es un tipo chungo.
No hay diálogos idiotas, no hay frases grandilocuentes, no hay nada estúpido. Y además, en la película sale un gato. Siete humanos, un gato y un alien: así se resume esta obra maestra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Momento cumbre de asco: cuando sale el alien de la tripa del pobre desgraciado mientras están sentados a la mesa comiendo. Que a día de hoy eso todavía impresione es algo que dice mucho de la calidad de la película. Si uno se fija, el bicho aparece pocas veces, y encima sólo se ven partes de su cuerpo (dientes, babas, cabeza, más babas, tentáculos). Lo que acojona es ver el pánico de los tripulantes, el afán de supervivencia, el gato bufando, los tentáculos acechando.
Y ese tramo final, con la Sigourney en bragas paseándose tan tranquila por la nave auxiliar, mientras el bicho está ahí pegado... qué mal momento para ir en bragas (por otro lado, qué gran momento para los espectadores masculinos, supongo).
Al final se salvan ella y el gato, como tenía que ser. Si me disculpan, voy corriendo a buscar la segunda parte, porque esto promete.
Y ese tramo final, con la Sigourney en bragas paseándose tan tranquila por la nave auxiliar, mientras el bicho está ahí pegado... qué mal momento para ir en bragas (por otro lado, qué gran momento para los espectadores masculinos, supongo).
Al final se salvan ella y el gato, como tenía que ser. Si me disculpan, voy corriendo a buscar la segunda parte, porque esto promete.