Cuando me encuentro sentada viendo comenzar un nuevo film de Burton siempre me inunda una sensacion de escepticismo. Esta vez, nada mas comenzar el metraje me di cuenta de que estaba, desde Eduardo manostijeras, en la pelicula más Burton que habia visto y con una serie de personajes que no consideraba tan excéntricos desde Mars Attack.
A lo largo del desarrollo que hace este director de una manera muy suya de la obra homónima de Roald Dahl, hay numerosas cosas que nos pueden llamar la atención: En primer lugar la impresionante ambientación sonora que logra Danny Elfman, colaborador infalible de Burton, que nos envuelve en un mundo todavía mas fantasioso y esta vez incluso cantando, en las graciosas canciones morales de los Oompa-Loompas.
En segundo lugar, nos vuelve a impresionar con su magnífica dirección de actores, incluso sin ser necesario hacer alusión a esta "fórmula química" ya usada en otras tres ocasiones que al impactar con el público al que va dirigido provoca una explosión de sentimientos de impresión y perfección que es el combo Burton-Deep. De nuevo impresionantes.
Encontramos a un Freddie Highmore (encargado de encarnar a Charlie) muy justito en su interpretación del protagonista de la historia, quizá por enfrentarse a otros cuatro niños con un trabajo mas que espectacular.
Todos ellos cumplen con creces el trabajo que Burton les enconmendó y ayudado por él mismo llegan a tener momentos espléndidos como puede ser aquellas miradas de reojo que se cruzan las dos niñas ayudado por un acierto técnico del director en esta secuencia.
La excentricidad en estos personajes se ve mucho mas en los padres que en los propios niños, ya que lo que quiere representar la historia es que los niños no son mas que un reflejo de los padres y Dalh no hace mas que plasmar los grandes fallos de la naturaleza humana en estos pequeños.
Por lo demas, es innegable que a lo largo de la pelicula es imposible que se te quite una estípida sonrisa de la cara ante unos escenarios de una belleza estética desorbitada (raramente conseguidos sin utilizar la tecnología hoy en dia tan derrochada), y por el logro del director que no solo nos consigue entrar por los ojos con la maravilla de "su" fabrica de chocolate, sino tambien en el corazón al integrarnos en la vida de charlie y compartir con él la emoción e ilusión de encontrar el billete dorado y la intriga y fascinación en el momento en que se abren las puertas de la fábrica.
En conclusión, Burton consigue que no echemos de menos sus rasgos inconfundible como Halloween, los personajes y el gran impacto estetico, pero como siempre, consigue sorprendernos con recursos nuevos como son los guiños a grandes clasicos del cine ( impresionante el de kubrick).