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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
6
6,8
5.343
Animación. Comedia Un científico vampiro ha creado el Vampisol, una pócima revolucionaria, que permite a los vampiros pasear bajo la luz del Sol. En cuanto la noticia llega a oídos de los grandes clanes de vampiros, todos viajan a La Habana para hacerse con el control de la fórmula: los estirados y siniestros vampiros europeos, y los mafiosos vampiros norteamericanos. Pepito, un trompetista, sobrino del creador de Vampisol, será perseguido por ambos ... [+]
7 de agosto de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A primera vista es una película que desconcierta, pues se nos presenta un estilo gráfico divertido y caricaturesco para crear un cine de animación muy para adultos en el que se ofrece un componente nacionalista (en el que Cuba aparece, frente a los norteamericanos y los europeos, como una tierra alegre, aunque con problemas, en la que acaba triunfando la solidaridad y la libertad, y en la que se derrota a los tiranos), un componente revolucionario (Pepito, el protagonista, es, además de vampiro y músico, un revolucionario comprometido en la lucha contra Machado) y, derivado de lo anterior, una metáfora sobre la luz y las sombras, en la que se puede ver un mensaje de propaganda (la luz es Cuba, mientras que las sombras de los vampiros típicos representan a los poderes internacionales que someten a los débiles y, en definitiva, chupan la sangre a todo el mundo) tanto como un combate entre el bien y el mal, clásico en el cine sobre vampiros, pero mezclado con un componente político.

Se enfrentan así la solidaridad del socialismo y el egoísmo del capitalismo, pero también, a la vez, en una lectura más cubana, o más nacional, los partidarios de la democracia frente a los seguidores de un régimen totalitario. Al ser una película cubana se menciona con rapidez el componente propagandístico, pero en el fondo es un film relativista, que dice que, lo mismo que hay seres humanos buenos y malos, hay vampiros buenos y malos. El Pepito de esta película es un personaje emparentado con Elpidio Valdés, por supuesto.

Con estos mimbres, se narra una historia que combina la comedia disparatada, un humor negro y a veces absurdo, enredos amorosos y escenas picantes, la recreación histórica (pues la acción transcurre en La Habana de 1933) y una visión del mundo de los vampiros mucho más satírica que terrorífica. Las ideas y los temas puestos en juego poseen una brillantez que por desgracia no se traduce plenamente en la animación y en el guión. La historia se pierde en demasiados giros irrelevantes, y eso hace que no sea todo lo entretenida que debería ser. Pero algunas ideas, como la de las playas subterráneas para vampiros, o el Vampisol, son muy buenas, y en conjunto es un film divertido, que, por cierto, se ríe bastante de los españoles, representados por un emigrante gallego y un vampiro de Madrid.
Pedro Triguero_Lizana
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