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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
9
Cine negro. Thriller Tony Camonte (Paul Muni), un pistolero de origen italiano, ignorante y sin escrúpulos, es el lugarteniente de Johnny Lovo (Osgood Perkins), el hampón más poderoso del South End de Chicago. Ambicioso y cruel, Camonte, que por una cicatriz que le cruza el rostro recibe el apelativo de Cara cortada, elimina poco a poco a los rivales de su jefe hasta que, con la ayuda de su amigo Gino Rinaldo (George Raft), le arrebata el poder también a él ... [+]
22 de marzo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es fácil, aquí y en cualquier conversación entre cinéfilos, hablar de la maestría de esta película, así como de cuestiones como la brillantez del empleo del espacio fuera de campo, de las elipsis narrativas, y del plano secuencia, incluso, por qué no, de la influencia del expresionismo alemán en la iluminación y la fotografía. También, por supuesto, se dice, y con razón, que es una obra clave para el cine posterior, y una obra cumbre del cine de gánsteres de la década de los 30. Pero todo eso, con ser importante, no debe hacernos olvidar la ambigüedad en la que, no sé si deliberadamente o no, se mueve el argumento y el contenido de este film, o mejor, su mensaje, su sentido. ¿Por qué digo esto? Porque, por un lado, este film se concibe como un film de denuncia, como explicita el texto previo a las imágenes, a modo de prólogo: se plantea una situación de violencia, delincuencia y corrupción (aunque no se haga mención a la Ley Seca, ley que tenía mucho que ver en toda esa ola de delincuencia y corrupción, y que aún seguía en vigor cuando se hizo la película) como un tema de debate ante el público, para que éste reaccione ante el mismo, y tome posición, y se conciencie de los males que sacuden a su país. En este sentido, la película de Hawks es cine de denuncia como lo era también otro film coetáneo como "Soy un fugitivo" (I Am a Fugitive From a Chain Gang, 1932), de Mervyn Le Roy. En este sentido, es un film afín al regeneracionismo del "New Deal" de Roosevelt.

Pero, a pesar de lo anterior, "Scarface" es un film ambiguo, porque la película hace tan atractivo y dinámico al personaje protagonista, dándole un final trágico y violento, que es evidente que lo que se pretende atacar y criticar, el gánster, acaba dotándose a la vez de una aureola heróica, trágica, mítica. Tony Camonte es un héroe siniestro de la América de la Prohibición, un tipo que surge de la nada y vuelve a la nada, no sin antes alcanzar, o acariciar, el poder y el éxito. El peligro de glorificar al gánster ante la opinión pública es expresado en un momento de la película, y es un peligro que la propia película corre también a lo largo de todo su metraje, sobre todo teniendo en cuenta que algunos hechos, como la matanza del día de San Valentín, son hechos reales, recreados por esta película.

Hay, pues, una tensión constante entre la condena del gánster y la fascinación por éste. ¿Por qué esa fascinación? Tony Camonte es un inmigrante de origen italiano que trata de alcanzar el sueño americano, y lo alcanza, aunque a un precio muy alto. El hombre que se hace a sí mismo, el ascenso social rápido del lumpen a la riqueza mediante el esfuerzo personal y el mérito propio, todo eso está en el ascenso de Camonte, que es el ejemplo exacerbado y negro de toda esa mitología social, de la mitología del sueño americano. "Scarface" es una reflexión sobre el poder y el éxito, sobre la sed desmedida de poder y éxito, sobre cómo esa sed desmedida puede estar a favor de las normas sociales, o fuera de ellas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro Triguero_Lizana
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