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Voto de El Tito Mel:
10
Cine negro. Acción. Thriller. Drama Chicago, años 30. Impera la 'Ley seca', que prohíbe la venta de alcohol. El idealista agente federal Eliot Ness (Kevin Costner) persigue implacablemente al gángster Al Capone (Robert De Niro), amo absoluto del crimen organizado en la ciudad. La falta de pruebas le impide acusarlo de asesinato, extorsión y comercio ilegal de alcohol, pero Ness, con la ayuda de un par de intachables policías (Andy Garcia y Charles Martin Smith) reclutados ... [+]
26 de julio de 2019
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a ir por partes porque ventilarte una obra maestra diciendo simplemente que lo es y que mola, me parece insultante. Vamos a dar argumentos para que aquel que no la haya visto sepa por qué tiene que ponerse a verla con el respeto de quien va a visitar a un Dios. Así que nada de verla por partes, ni mirando el whatsapp ni mierdas de esas que son como ir a un museo y escupir en un cuadro de Rembrandt.

La dirección de De Palma da a entender una casi enfermiza obsesión por plasmar el amor por la parte artesanal del cine. Se viene automáticamente a la mente la secuencia del tiroteo en la estación de trenes con ese carrito de bebé cayendo por las escaleras, un homenaje a El Acorazado Potemkin de Eisenstein. Pero es que ese espíritu está presente en muchos más momentos, casi puedes hacer como en las pelis de Tarantino, ponerte a buscar guiños a clásicos, y en el estilo de dirección también se nota con los planos que busca en determinados momentos, a veces pareces estar viendo una película de Orson Welles con esos planos contrapicados, otras a Fritz Lang... Y busca lo icónico en cada frame. Si es que debe ser de las películas con más escenas parodiadas (¿Cuántas veces lo habrán hecho por ejemplo con la escena de la reunión de mafiosos y el bate baseball?) y cuando te pasa eso es que has logrado una estampa inmortal. Está rodada con tal amor por el cine que le da un aspecto iconográfico que la hace mítica por los cuatro costados.

Pero esta película no sería la misma sin su elenco de grandes actores en estado de gracia. Robert de Niro estaba en el momento más camaleónico de su carrera, se veía capaz de ponerse en la piel de cualquiera y consiguió hacer el Capone más carismático que haya dado la gran pantalla. Kevin Costner era una guapa figura en ciernes que aquí se fichó para buscar taquilla con su nombre en el cartel y no desentonó para nada pese a la responsabilidad y la competencia que tenía al lado. Y es que quien brilla aquí con luz propia es un Sean Connery cuya carrera estaba en las últimas, decadente y haciendo papeles cutres en pelis de dudoso gusto, y que aquí le dan un personaje escrito para él, se luce ganando un merecido Oscar y relanza su carrera de tal forma que vive una segunda juventud durante los siguientes 10 años. Les rodeaba un casi debutante Andy Garcia que inmediatamente después se convierte en una superestrella, una también debutante Patricia Clarkson que luego tendría una carrera repleta de premios, un habitual secundario de lujo como Charles Martin Smith y hasta un Billy Drago que sale poco pero lo suficiente para dejar huella y que físicamente recordaba a Paul Muni (el villano habitual del cine negro de los años 30).

Además, todos los personajes están perfectamente desarrollados desde su presentación hasta su destino final tras evolucionar con la propia historia. Está el viejo policía desencantado y amargado que recupera la ilusión y la motivación, el contable cobarde que se hace valiente, el joven prometedor e impulsivo que aprende a usar la cabeza y por supuesto ese Ness que aparece con un palo metido en el culo y que va evolucionando durante toda la película hasta que en esa azotea, diciendo aquello de "¿Era así como gritaba mi amigo?", comprendemos que ha alcanzado el destino de su arco dramático como personaje.

Y es que el guión de David Mamet es absolutamente redondo. Ya no solo el ritmo narrativo, la selección de estampas con que compone el cuadro para mostrarnos toda esta trama. Es que lo grandioso del guión está una vez más en esa búsqueda, que ya comenté con la dirección de De Palma, de cuidar con mimo cinematográfico cada puñetera escena. No hay momento de la película en que no haya una frase mítica, ya sea por agudeza ("No permita que se limpie el culo hasta que haya hablado"), por sentar cátedra ("Con unas palabras amables y una pistola cargada llegarás más lejos que solo con unas palabras amables") o por dramatismo (esas últimas palabras llenas de sangre: "¿Dígame qué piensa hacer usted?"). Si es que hay tanta épica en cada escena que no hay momento que no parezca memorable: "Si cruza esta puerta ahora entrará en un mundo lleno de problemas del que no se puede retroceder".

El diseño de producción también es uno de los puntos fuertes de esta obra magna, tiene un aire de clasicismo que nos recuerda a las grandes producciones de la Paramount de los años 70, década en la que fue la reina de las majors, y me quiere sonar que algunos decorados y localizaciones son reutilizados de otros clásicos. Toda la ambientación está cuidadísima, el trabajo artístico de vestuario... Aún me pregunto cómo es que esta película no obtuvo un saco de nominaciones en los Oscar en todas esas categorías.

Y he dejado para el final el aspecto que considero más insuperable; la banda sonora del maestro Morricone, posiblemente su trabajo más completo en 70 años de carrera. Ha hecho temazos para otras películas, pero en esta se saca la batuta a pasear con una colección de piezas de lo más diversas, todas ellas inolvidables. Desde esos títulos de crédito con sonidos intrigantes que nos hacen pensar desde el primer minuto que vamos a ver una miticada, hasta ese memorable tema central de tintes heroicos que resuella en nuestros pechos con emoción y que nos hace sentir que estamos ante algo épico, pasando por esas piezas secundarias como el precioso tema intimista que va apareciendo aquí y allá a lo largo de la peli en sus momentos más tristes (la escenas familiares, la muerte del compañero...), o ese juguetón y ampuloso tema de Capone que le va como anillo al dedo al personaje. Lo que hace aquí Ennio Morricone es fácilmente uno de los 5-10 mejores trabajos musicales de la historia del cine.

Resumiendo; obra cumbre del cine negro, clase magistral de cinematografía y clásico moderno imprescindible para las retinas de cualquier amante del séptimo arte.
El Tito Mel
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