Algunos guiños, no sé si voluntarios o no (la imagen de la crinolina, la pérdida traumática del habla de un personaje, el inicio de la relación entre la protagonista y su amante), remiten irremediablemente a "El piano". Porque el mismo tópico literario y cinematográfico es el punto de partida de la historia: la joven “vendida” como esposa a un terrateniente. A partir de ahí la película sigue por la senda tantas veces trillada: la mujer fatal que arrastra a la perdición a todo el que se cruza en su camino, el amante débil y manejable, el rico marido que “no cumple”, las relaciones entre amos y criados… Ese tránsito se realiza a buen ritmo y con un montaje y un tratamiento de la fotografía que destacan por encima del guión, plagado de personajes que éticamente no tienen ni medio pase, sin que la situación de la protagonista sirva para justificar sus actos, ni en la película se pretenda hacerlo en ningún momento. El resultado es que la cinta se deja ver, pero ni apasiona ni engancha. Tanta exhibición de maldad deja un poco frío, tan frío como la protagonista, que sólo se muestra apasionada cuando retoza con su criado-amante, quien por seguir con los tópicos y para no faltar a los dictados de la justicia poética, compensa su baja extracción social con su pericia para dar a las mujeres de los ricos lo que sus maridos no saben.