Oso Blanco puede no ser el mejor capítulo de Black Mirror, pero es el que más me ha impresionado. Esas hordas de turistas grabando con expresión bovina el sufrimiento de un ser humano con deleite con sus móviles; ESA imagen, esa situación, me ha calado sobremanera. Porque está empezando a ocurrir (hace unos meses saltaba la noticia de la muerte de un hombre atrapado en las vías del metro y de gente que lo grababa impasible con sus móviles en correr en su ayuda).

Aún más, si cabe, me cala el lema de este parque temático, que convierte la sagrada acción de impartir de la justicia en un espectáculo banal al servicio del dinero, y que es uno de los dogmas de esa nueva religión del siglo XXI llamada MARKETING: "Lo más importante, es que paséis un buen rato". Pronunciada, por supuesto, sin remordimiento alguno por el sufrimiento que causan o por la responsabilidad para con las generaciones futuras. Da dinero, y es divertido. ¿Acaso hay algo que nos importe mas?