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Voto de Benito Martínez del Baño:
6
Terror. Thriller Después de presenciar un incidente extraño y traumático que involucra a un paciente, la Dra. Rose Cotter (Sosie Bacon) comienza a experimentar sucesos aterradores que no puede explicar. A medida que un terror abrumador comienza a apoderarse de su vida, Rose debe enfrentar su inquietante pasado para poder sobrevivir y escapar de su nueva y horrible realidad. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2022
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El debut cinematográfico como director de Parker Finn, también guionista y debutante en el campo del largometraje, quien se inspira en su propio corto “Laura Hasn't Slept” (2020), aunque está siendo considerada como la mejor cinta de terror del año, “Smile” (2022), está siendo sobrevalorada de forma vacua y siendo escasamente entendida. Probablemente, a quien llegue a extrapolar a la realidad la película y comprender qué es lo que realmente el director ha plasmado en imágenes, le recorrerá un escalofrío por la columna vertebral.

Los traumas, entre otros problemas, son el eje central de la película, y aquí la protagonista es una psicóloga con el trauma de haber visto morir a su madre. Después de presenciar un incidente extraño y traumático que involucra a una paciente, la Dra. Rose Cotter (Sosie Bacon) comienza a advertir acontecimientos terroríficos e inexplicables. Rose va a tener que enfrentarse a su inquietante pasado para poder sobrevivir y escapar de su nueva y horrible realidad. Todo ello con un padre inexistente, la culpabilidad por la muerte de su madre (Judy Reines),una hermana que se marchó del hogar familiar siendo muy joven (Gillian Zinser), un prometido insulso (Jessie Usher) y un amante policía (Kyle Gallner).

Poco tarda el terror psicológico en desaparecer a favor del artificio. Aquí hay dos opciones: o todo está en la mente de la protagonista o existe algo maléfico . La película no hay por dónde cogerla en este segundo aspecto. El director busca explorar todos los recovecos de la mente de la protagonista y todo queda en un mero artificio de imágenes que no puede hilvanar de mejor forma. No debemos esperar un argumento enmarañado ni una unión narrativa llena de alambiques, todo lo que ocurre sobre el papel está dentro de un tipo de película de terror, de estudio y comercial, pero realmente no es así, porque ofrece mucha información que digerir y asimilar. “Smile” (2022) es un largometraje largo, pesado a ratos, que no aprovecha ni siquiera los momentos gore para asustar, porque no puede, ya que su director sabe qué quiere contar, pero no cuenta con todos los recursos que necesitaría para poder construir la película que quiere. Quien diga que hay alguna metáfora, se engaña a sí mismo, o no, ya que no se entiende ni hay conexión entre algunas situaciones.

Al acabar la escena final, escuché en la sala: -¡Tenemos segunda parte! Si es que la hay, es un disparate, porque ya está todo contado. Igual que creo que la persona que pronunció estas palabras, no entendió quizás el final. Así que solo me queda añadir que “Cuanto más gruesa es la armadura, más frágil es el ser que la habita”, como dijo el psicólogo Don Rafael Aragón. En cualquier caso, lo que se pone en imágenes es un caso médico de los más graves.

Una película para pensar y que se nos ha vendido como un filme comercial de palomitas. El director nos conduce como a él le apetece entre la dimensión onírica y la realidad, si es que la hay. Una película engañosa. O no.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Benito Martínez del Baño
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