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España España · barcelona
Voto de yidun:
8
Drama El movimiento sufragista nació en Inglaterra en vísperas de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de las sufragistas no procedían de las clases altas, sino que eran obreras que veían impotentes cómo sus pacíficas protestas no servían para nada. Entonces se radicalizaron y, en su incansable lucha por conseguir la igualdad, se arriesgaron a perderlo todo: su trabajo, su casa, sus hijos y su vida. La protagonista es Maud (Carey Mulligan), ... [+]
20 de diciembre de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gavron nos ofrece, en este drama ambientado en un Londres de principios de siglo, una mirada intimista y coprometida acerca de la lucha de las mujeres para la consecución del derecho a voto, así como el derecho a tener una opinión, gestionar su propio dinero, decidir cómo cuidar a sus propios hijos, y un largo listado de derechos que hoy se entienden como fundamentales, pero que en ese momento ni siquiera entraba en la cabeza de muchas mujeres el optar a ellos.

Abundan los planos cortos, Gavron quiere que nos acerquemos a milímetros de las protagonistas, que entendamos lo que hacen no desde una perspectiva moral, sino sociológica. Cámara al hombro, uno tiene la sensación de encontrar-se en medio de la agitación social del momento, y afrontar los ultrajes a los que esas mujeres se vieron expuestas durante años; y que las mujeres en general han tenido que aguantar durante siglos, y siguen aguantando en muchos lugares del mundo.
El guión es simplemente brillante, una quirúrgica y mesuradísima mirada genealógica hacía los sentimientos encontrados de la protagonista, el miedo a perder, la necesidad de ganar, el descenso paulatino pero constante hacia lo inevitable, hacia la reflexión y posterior compromiso por la libertad que todo el mundo parece ostentar excepto su colectivo, el de las mujeres, sean ricas o pobres. Nunca decae el interés por una historia que, dado lo poco que se ha avanzado hoy en muchos lugares del mundo e incluso, en algunos aspectos como la violencia de genero, en nuestro propio país, no solo resulta un tema necesario, sino inevitable; la igualdad de derechos y oportunidades.

Algunos diran que la parte final del guión es una repetición del esquema inicial, y puede que sea cierto, pero no pierde fuerza gracias a unos personajes y a una historia que consiguen atar al espectador al sillón. Especial atención al papel de Mulligan, que la confirma como una de las mejores representantes de su generación. Brutal.

Al final, uno se da cuenta de que, dado el dramatismo del hecho histórico que cuenta, la película podría ser mucho más cruda de lo que ya es, pero al final uno se da cuenta de que esta película no es un retrato de lo que sucedió para que lo podamos ver, sino una reflexión sobre lo que sucedió y sigue sucediendo, y nos negamos a ver. La película de Gavron habla de desencadenantes, de consecuencias, de cataclismos; no de éxito, ni de justicia...
Uno tiene que tener en cuenta esto cuando la vaya a ver. Y pensar en ello cuándo termine de verla.
Quizá entonces habrá tenido algún sentido.
yidun
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