Mírenme aquí, un adulto de unos buenos añitos que en su momento fue niño y lloró con El Rey León. El niño creció, igual que Simba y encontró que la película crecía en valores y fuerza. Perdonadme la tontería esta, pero era un símil que pretendía mostrar lo que es para mi la película. A día de hoy, muy pocas películas pueden considerarse tan grande, tan buena, tan completa, como es El rey león de Disney.Para empezar, la película guarda un riguroso y perfecto equilibrio entre dos partes: el guión (historia y personajes) y la realización (desde planos hasta la animación). A partir de aquí, dado la increíble comunión entre ambos conceptos, el resto no son más que puntos positivos, uno detrás de otro, desde la banda sonora hasta el increíble montaje de cada elemento. No se le puede tachar de nada o nada a El Rey León, convirtiéndose en una película ideal para toda la familia, entre otras cosas por los valores que se muestran, bueno, puede que se muestre algo de crueldad, pero la verdad es que es una manera de mostrar, bastante amable, el mundo en el que vivimos. Si la vemos con nuestros hijos, es una manera de decirle a los pequeños que algún día creceréis y tendréis que enfrentaros a vuestros miedos, a vuestro destino; y si somos los mayores los que la vemos, encontraremos un séquito de valores como la nobleza, la amistad, todo bien mostrado en la genial e increible historia de Simba. Magnifica.