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España España · Castellón de la Plana
Voto de mnemea:
9
Drama. Fantástico. Aventuras William Bloom (Billy Crudup) no tiene muy buena relación con su padre (Albert Finney), pero tras enterarse de que padece una enfermedad terminal, regresa a su hogar para estar a su lado en sus últimos momentos. Una vez más, William se verá obligado a escucharlo mientras cuenta las interminables historias de su juventud. Pero, en esta ocasión, tratará de averiguar cosas que le permitan conocer mejor a su padre, aunque para ello tendrá ... [+]
1 de mayo de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida del cuenta cuentos, esa persona que tiene una visión especial para retransmitir los acontecimientos. La ilusión de compartir con el mundo pequeñas experiencias que explicadas de un modo simple y directo no parecen importantes. Conseguir que en la historia la luz brillara más fuerte, los coches rodaran más rápido y todo se inundara de un color, un verde esperanzador, un rojo apasionado, es una tarea sencilla cuando la magia inunda de maravillas todo nuestro alrededor.

Cuando despierta ese narrador la vida tiene otros detalles importantes, no todo es tristeza, ni tampoco alegría, es un poco más que estas cosas, es una invasión de hechizantes palabras que se necesitan compartir con cualquiera que quiera disfrutar un momento al escucharlas, es un modo de verlo todo tras una mirada limpia, un cúmulo de imaginación, sólo hay que fijarse que estos narradores tienen otro estilo para mirar al frente, lo mismo que cuando miran hacia atrás, parece que el mundo vaya más lento, sea la suavidad la que acompañe con gracia esa complicidad con el pasado.

Esa persona con pensamientos tan bellos siempre tendrá algo que contar, incluso el día que parezca que su voz se está apagando, en el momento en que todos los oídos se hayan largado a otro bando lejano de esta guerra sin armas, tal vez ese día sea cuando más cuentos pueda recoger en su mente, y aunque no los pueda contar, su subconsciente siempre dejará un rincón para guardar esa esencia.

Con cierto cariño marcará en su interior con una afilada lanza una pequeña línea que le recuerde que una historia ya está demasiado usada, aunque hábilmente tendrá el acierto siempre de redecorar de un modo certero y natural cada parte de sus recuerdos, de forma inconsciente e involuntaria, pero casi siempre agradable para quien vuelve a oír esas palabras repetidas.

Porque los contadores de cuentos de nuestras vidas son seres apreciados e inolvidables, que en momentos nos parece lo que dicen cuentos chinos y otras veces nos hacen descubrir verdades que a partir de ese momento se convierten en absolutas e incuestionables.

Cuando no están, en ocasiones tenemos la necesidad de explicar esas viejas historias en las que no hay ganadores y todos son protagonistas. En ese fortuito momento, sin darnos cuenta, somos nosotros quienes sufrimos una invisible transformación, un nuevo estado en nuestra vida, nos convertimos en narradores, es el momento de adornar nuestras mentes, disfrutar de las palabras, de contar y contar hasta que se acaben los números, hasta que destrocemos nuestras almas, todo surgirá de un modo natural, como cada una de estas frases, que solas se escriben como una necesidad, que solas se quedan como una maldición, y que encierran una pequeña e insignificante verdad.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
mnemea
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