El director Claude Berri nos ofrece una película sencilla que se basa en las relaciones entre cuatro personajes bien diversos que por esos azares del destino comparten tiempo y espacio: Camille (Audrey Tautou) que trabaja como empleada de limpieza, Franck (Guillaume Canet), que trabaja como cocinero, Philibert (Laurent Stocker), un aristócrata venido a menos y Paulette (Françoise Bertin), una mujer mayor sola y prácticamente desvalida.

El director enfrenta a estos cuatro personajes diversos, y del contacto y convivencia conjunta cada uno aprende algo del otro en este film intimista debidamente sazonado con algunos toques de comedia. El problema es que el director se pasa con el azucar, quedando un film excesivamente blando, y en tramos incluso un tanto monótono, que solo se aguanta por el buen hacer de Audrey Tautou, en un papel en el que intenta alejarse de aquélla imágen glamourosa de los tiempos de "Amelie", y un Guillaume Canet que también tiene presencia.

Berri no profundiza demasiado, ni tampoco pretende hacer demasiada "sangre" de la situación planteada, quedando un film excesivamente ligero que se queda en tierra de nadie entre la comedia sofisticada y el típico intimismo francés y que cuenta entre sus mejores bazas el hecho de ser un film modesto, sin pretensiones aunque excesivamente bienintencionado. Contraindicado a los diabéticos.