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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
6
Thriller. Intriga Ambientada en el mundo de la psicofarmacología, ciencia que estudia cómo afectan las drogas a la mente humana. Emily (Rooney Mara) es una joven que se vuelve adicta a un nuevo medicamento que le receta su psiquiatra (Jude Law) para que pueda controlar su ansiedad ante la inminente salida de la cárcel de su marido (Channing Tatum). (FILMAFFINITY)
26 de julio de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steven Soderbergh es uno de esos pocos cineastas que parece estar "más allá del bien y del mal". Desde el cine independiente de sus inicios, pasó al "mainstream" sin apenas sonrojarse. Sin embargo, sus proyectos más personales, y menos mediáticos, demuestran que algo queda de aquel joven Soderbergh que sorprendió a todos con "Sexo, mentiras y cintas de vídeo".

La referencia no es gratuita ya que hay algunas escenas que nos remiten directamente a la citada. Aunque también podemos notar ciertas reminiscencias a "Contagio". Al menos en lo que se refiere al tratamiento de la industria farmacéutica. Y no són las únicas referencias al cine de Soderbergh el cual ha anunciado que se iba a tomar un respiro tras esta película.

El punto de arranque del film es la ansiedad que brota en la protagonista, Emily (Rooney Mara), justo cuando su marido (Chaning Tatum) sale de la cárcel. El doctor Banks (Jude Law) comienza a tratarla, y tras probar con varios ansiolíticos, decide, estimulado por un buen cheque, probar con un nuevo fármaco. Pero tras unos inicios prometedores, hay un efecto secundario que tendrá consecuencias trágicas. Es justo en este momento cuando de verdad comienza el film que Soderbergh nos quiere contar.

Durante la mitad del metraje, el realizador juega al despiste, centrando el foco más en los intereses farmacéuticos que no en la enfermedad de su protagonista, sin embargo, el film da un giro sorprendente derivando de forma clara al "thriller" tomando como referente al gran maestro Hitchcock. Pese lo magistral del giro, hay quien afirma que no es sólo mérito de Soderbergh sino de su guionista Scott Z. Burns, presente en los últimos films del realizador. Lo cierto es que el film engancha, pese a que avanza de forma indolente al principio, la presencia de la prácticamente desconocida Rooney Mara ayuda en buena medida, y luego es un Jude Law que va de menos a más el que toma el relevo, consiguiendo dar credibilidad a una película que juega de forma excelente todas sus cartas. Soderbergh sabe sacar partido a una buena historia, de esas que a Hithcock le gustaba narrar, arranca unas muy creibles composiciones a sus actores, y de paso consigue sorprender al espectador con un film inteligente, serio, nada pretencioso y que sabe lo que quiere contar y cómo hacerlo, sin florituras, manteniendo la intriga entre el espectador, giro a giro hasta una resolución final en la que el "happy end" es aparente. De alguna forma se hace justicia, pero se hace a costa de no cumplir exactamente con la ley.
manulynk
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