Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de manulynk:
6
Romance. Comedia Basada en la verdadera historia de un verdadero idiota. Crónica del declive de Sidney Young (Simon Pegg), un prometedor periodista británico que un día tiene la oportunidad de escribir en una de las revistas más prestigiosas de Nueva York: "Sharps". Young, un hombre carente de vergüenza, principios, tacto y autocontrol, intenta abrirse camino en Manhattan, pero el azar, sus malos modales y sus bromas de mal gusto lo llevarán a sufrir ... [+]
5 de septiembre de 2011
Sé el primero en valorar esta crítica
Film de Robert B. Weide, protagonizado por el británico Simon Pegg, en la que interpreta a un periodista de estos sensacionalistas, quien tiene la suerte entrar a formar parte de “Sharp’s” una revista cinematográfica sensacionalista. Teniendo en cuenta que las dos referencias más inmediatas son "El apartamento" de Billy Wilder y "La dolce vita" de Fellini, parece que las expectativas están por todo lo alto. Las referencias al film de Fellini son mucho más evidentes, comparando el famoso baño en la Fontana de Trevi con el "chapuzón" de una Megan Fox, autoparodiada por sí misma, y citándo la obra de Fellini explícitamente en más de una ocasión. Las referencias al film de Wilder son menos evidentes, y se encuentran sobretodo en la complicada relación entre Sidney (Pegg) con Alison (Kirsten Dunst), la típica de los polos opuestos que se atraen y sobretodo en el mensaje que contiene de trasfondo sobre la incompatibilidad del éxito profesional y la felicidad.

También es verdad que al acaparar la atención de la cámara el personaje de Sidney, que se erige claramente como gran protagonista del film, muchas de estas referencias quedan bastante diluidas, convirtiéndose en meras anécdotas. Más aún, si cabe, cuando prestamos mucha más atención a sus payasadas que al contenido pretendidamente mordaz del film, o a cualquiera de los cameos que salpican el metraje, empezando por la presencia de Megan Fox, haciendo prácticamente de ella misma (o por lo menos lo que vemos a través de la prensa que el film pretende criticar), siguiendo por la excesivamente escueta presencia de Jeff Bridges, o Gilian Anderson, cuyo peso en el film es más bien escaso.

Si bien Pegg aguanta bien el film, la composición que nos ofrece pierde fuelle, debido a una excesiva dulcificación, adecuada, eso sí, para los parámetros en los que se mueve Hollywood, y las contínuas payasadas y meteduras de pata nos hacen ver que la voluntad mordiente se queda justamente en una voluntad. No se puede negar que hay una mirada crítica sobre la falsedad e hipocresía en las relaciones entre periodistas y artistas, unidos en una curiosa relación de amor-odio, en la que unos necesitan acercarse a la fama de los otros, mientras que los otros necesitan sus canales al mundo para mantener esa fama, pero también es cierto que la crítica no va mucho más allá que en otras producciones. Teniendo en cuenta los referentes que indicaba al principio, se esperaba mucha más "sangre", más mala leche, y no esa excesiva suavización de contenidos.
manulynk
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow