Ahora que tanto se habla en nuestro país de los emigrantes, parece en dichos discursos se olvidan que durante los años 60 nuestro país, que no estaba precisamente para tirar cohetes, fue importador de mano de obra. Miles de españoles cruzaron los Pirineos en dirección Norte para buscarse la vida. Este film dirigido por Carlos Iglesias (popular personaje televisivo), con tintes autobiográficos, viene a recordar esa época.

El propio Carlos Iglesias y Javier Martinez, interpretan a dos amigos que deciden ir a trabajar a Suiza ante la precaria situación y para sacar adelante a sus familias. El film plantea un doble choque. Por una parte la adaptación de los españoles en Suiza, poco acostumbrados a estar en un país "civilizado" (ni a sus sueldos), para posteriormente plantear el choque del regreso, una vez acostumbrados a las comodidades foráneas.

El mensaje del film viene a ser un tanto simplista: lo bien que fueron tratados los españoles cuando tuvieron que dejar sus hogares, pago que hemos olvidado ahora que somos receptores de inmigrantes. Sin embargo ambas realidades son bien diferentes, y aunque el director intenta moverse en un clima más nostálgico de vivencias própias que de denuncia por la situación actual, tampoco es capaz de transmitir del todo dicha nostalgia, quedando prácticamente todos sus propósitos a mitad de camino.