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Voto de Sibila de Delfos:
2
Drama. Comedia Australia, años 50. Tilly Dunnage (Kate Winslet), una glamurosa modista, regresa a su casa en el turbio pueblo de Dungatar tras muchos años trabajando en exclusivas casas de moda de París, con el objetivo de cerrar heridas del pasado y vengarse de quienes la forzaron a marcharse años atrás. Allí, no sólo se reconciliará con Molly (Judy Davis), su enferma y excéntrica madre, y se enamorará inesperadamente de Teddy (Liam Hemsworth), sino ... [+]
28 de marzo de 2016
17 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
"I'm back, you bastards"
Con tan contundente afirmación de Tilly, la protagonista de La modista, da comienzo esta extraña, extrañísima película de la cineasta australiana Jocelyn Moorhouse.

Podría uno pensar que una actriz de la talla de Kate Winslet, indiscutiblemente una de las mejores actrices del mundo, si no de la Historia del Cine, sabe siempre lo que hace y siempre acierta, pero no. Esta película (así como la muy decepcionante Una vida en tres días, que protagonizó en 2013 a las órdenes de Jason Reitman) es la prueba viviente de que hasta las más grandes patinan de vez en cuando.
No es difícil averiguar qué es lo que atrajo a Winslet a un proyecto tan bizarro como este. Pocas veces tiene un intérprete la posibilidad de interpretar un personaje protagonista en una película que mezcla, atención, comedia alocada, drama familiar, romance, western, thriller y hasta algo de cierto terror. Todo eso es La modista, y sin duda hay que aplaudir la valentía de Moorhouse por haberse atrevido a filmar algo así. Hay que tener mucho coraje para lanzarse a algo tan extraño, tan outsider y tan sumamente desprejuiciado. Para Winslet seguramente también ha sido divertidísimo ponerse en la piel de semejante mujer como es Tilly, y es muy probable que aceptara el trabajo por esa razón, el puro y duro divertimento que le iba a proporcionar (me niego a pensar que fue por la calidad del guión, porque esta es nula). El problema es que la mezcla no funciona. Pero en ningún momento. El híbrido es más raro que un perro verde, nada casa con nada, y el interés de la trama de venganza y de redención de Tilly es nulo la mayor parte del tiempo. Contra eso, poco se puede hacer, y no hay Dios (o para el caso, Kate Winslet) que lo salve.

La oscarizada intérprete de The Reader (Stephen Daldry, 2009) no tiene que esforzarse mucho para ser lo mejor de la película, porque es una de esas actrices que resultarían interesantes hasta sentadas en una silla leyendo facturas de la luz, pero está sola, demasiado sola en la pantalla como para que el interés suba. Judy Davis y Hugo Weaving hacen lo que puede, pero sus personajes no tienen por dónde cogerlos, y Liam Hemsworth demuestra de nuevo que, al menos por ahora, no tiene más armas ante la cámara que su espectacular belleza física, porque no cambia la cara pase lo que pase y tiene menos carisma que un grillo.

En definitiva, un experimento fallido por su extrema rareza, con un argumento y una mezcla de géneros que no hay por dónde cogerlos. Sólo para amantes de lo auténticamente raro.

Lo mejor: Kate Winslet

Lo peor: No tiene ni pies ni cabeza y encima dura dos eternas horas.
Sibila de Delfos
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