Con Tomm Moore o en solitario, Nora Twomey es una de las esperanzas blancas de la animación no hollywoodiense. Extraordinarios tiempos los que vive la animación irlandesa.
Esta vez, sin embargo, la acción no se sitúa en la verde Erín, sino en Afganistán, donde encontramos a nuestra heroína, Parvana, una chica valiente como pocas que decide hacerse pasar por hombre para poder mantener a su familia. Twomey, sin embargo, no pretende hacer una versión afgana de Mulñan ni nada por el estilo, sino contar un cuento de guerra y tristeza, pero aderezado con grandes dosis de humanidad, amor y esperanza como el mejor antídoto para el horror bélico. Parece mentira cómo la directora introduce temas espantosos y detalles muy crudos bajo la bandera de la animación, con toques de humor y mucha ternura.
Una película encantadora y extraordinaria. A descubrir.