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Voto de Sibila de Delfos:
7
Drama Tras la trágica muerte de su segunda esposa, el conocido periodista deportivo Joe Warr (Clive Owen) tiene que hacerse cargo de su hijo de seis años. Su situación se complica aún más cuando Harry, el hijo de su primer matrimonio, se traslada a Australia para pasar una temporada con él. Entonces, tendrá que arreglárselas para sacar adelante una familia formada exclusivamente por chicos. (FILMAFFINITY)
23 de junio de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Scott Hicks, aunque lejos de su mejor momento de forma, que llegó sin duda con Shine y Mientras nieva sobre los cedros, aún es capaz de entregar hermosas películas llenas de corazón y buenos sentimientos. Porque éso es lo que es Sólo ellos. Un telefilme de sobremesa que apunta directamente al corazón del espectador, tratando de provocar sus emociones en todo momento de la manera más fácil y directa, cosa que no es mala siempre y cuando el producto no engañe, y este drama australiano no lo hace. Quiere emocionar, esa es su principal razón de existir, y apunta en esa dirección desde el comienzo, con Joe Warr paseando a su hijo en coche por la playa. A quien no le guste, pues que no la vea, porque ese es el tono que impera en todo el relato.
Sin embargo, Sólo ellos va un paso por delante de los telefilmes que pueblan las televisiones, porque posee un guión más maduro y con diálogos más cuidados que la media. O será que tiene a Clive Owen como protagonista. El excelente actor inglés demuestra aquí una vez más su enorme versatilidad, carisma y talento para llevar adelante toda clase de personajes, bordando los momentos de más emoción (ver la llamada de teléfono a Harry, o cuando se derrumba solo tras la muerte de su esposa). Lo acompañan maravillosamente los dos chavales, George MacKay y Nicholas McAnulty, prodigiosos en su expresión de sentimientos y su encanto, sobre todo este último.
En definitiva, una película de visionado más que agradable, a la que hay que gradecer que huya de algunos de los clichés más molestos de este tipo de cine (como buscarle corriendo una novia al reciente viudo) y que se esfuerce por dar dignidad, belleza y verdad a un conjunto que podría haber resultado falsamente lacrimógeno. No es así.

Lo mejor: Clive Owen, los dos chavales, el excelente tramo final en Londres, el encanto del cine sencillo que desprende... y esos maravillosos paisajes australianos.
Lo peor: No es una obra maestra, ni siquiera una película excelente, y todo está más visto que el tebeo. Scott Hicks no es Alezander Payne en Los descendientes, película de temática harto similar a esta, pero mucho, muchísimo más brillante a todos los niveles.
Sibila de Delfos
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