Un político contrata a un policía en horas bajas para descubrir con quién le es infiel su mujer. El policía, por supuesto, tiene muchas zonas oscuras en su pasado, y el político ni os cuento también, que hay que echarle de comer aparte. Añade a Mark Wahlberg y Russell Crowe a la ecuación, junto a una Catherine Zeta-Jones desgraciadamente muy lejos de su mejor nivel (el de Traffic y Chicago, principalmente), y el resultado es La trama.
La cinta de Allen Hughes no es realmente mala, pero el problema es que tampoco pasa de ser un simple entretenimiento para un rato aburrido. Combina una cierta intriga, que es lo que anima a verla hasta el final, con multitud de clichés absurdos que rozan lo ridículo (atención a la espantosa secuencia en que Walhberg discute con Natalie Martinez tras la proyección de la película en a que aparece ella) y una narración en general bastante falta de tensión y de pulso.
Aun así, se deja ver más o menos gracias al carisma de Crowe y un buen inicio.