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Voto de Sibila de Delfos:
6
3 de abril de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa, sin duda, la carrera de David O. Russell.
De ser casi un director outsider, el enfant terrible de Hollywood debido a sus comprobados comportamientos abusivos en el set (y si no, que se lo pregunten a George Clooney, Lily Tomlin o Amy Adams), pasó a ser el mejor valorado gracias a la tríada The Fighter - El lado bueno de las cosas- La gran estafa americana, que gozaron de inmenso prestigio critico y éxito comercial.
En Ámsterdam, Russell pone en pantalla lujo a tutiplén. Cada departamento técnico es lo mejor de lo mejor de la industria. Fíjense en cómo van vestidos, peinados y maquillados los actores, en cómo están iluminados, en los decorados que los rodean. Es, sencillamente, una película de museo en lo formal. Además, delante de la cámara aparece también un reparto sencillamente inmaculado. Acompañando a unos excepcionales Christian Bale, Margot Robbie (qué momento vive su carrera... quizás la más "clásica" de las actrices actuales) y John David Washington aparecen, y cojan aire: Mike Myers, Chris Rock, Michael Shannon, Anya Taylor-Joy, Rami Malek, Alessandro Nivola, Zoe Saldaña, Robert De Niro, Matthias Schoenaerts, Andrea Riseborough, y así podríamos seguir listando nombres de excelencia.
El problema de la cinta es que la narración no está muy bien conseguida ni desarrollada, y la credibilidad del argumento en general es... bueno, dejémosla ahí. Sencillamente, no es una de las mejores películas de Russell.
Veremos hacia dónde va la carrera de un realizador controvertido, que ha pasado por diversas fases. Por lo pronto, este regreso, seis años después de Joy, ha sabido a poco, pese a sus impresionantes ingredientes.
Lo mejor: Los actores, todos excelentes (sobre todo Robbie, Bale, Washington, Nivola, Malek y Taylor-Joy), y el lujo que los rodea.
Lo peor: La narración es algo caótica y tampoco es que resulte muy creíble.
De ser casi un director outsider, el enfant terrible de Hollywood debido a sus comprobados comportamientos abusivos en el set (y si no, que se lo pregunten a George Clooney, Lily Tomlin o Amy Adams), pasó a ser el mejor valorado gracias a la tríada The Fighter - El lado bueno de las cosas- La gran estafa americana, que gozaron de inmenso prestigio critico y éxito comercial.
En Ámsterdam, Russell pone en pantalla lujo a tutiplén. Cada departamento técnico es lo mejor de lo mejor de la industria. Fíjense en cómo van vestidos, peinados y maquillados los actores, en cómo están iluminados, en los decorados que los rodean. Es, sencillamente, una película de museo en lo formal. Además, delante de la cámara aparece también un reparto sencillamente inmaculado. Acompañando a unos excepcionales Christian Bale, Margot Robbie (qué momento vive su carrera... quizás la más "clásica" de las actrices actuales) y John David Washington aparecen, y cojan aire: Mike Myers, Chris Rock, Michael Shannon, Anya Taylor-Joy, Rami Malek, Alessandro Nivola, Zoe Saldaña, Robert De Niro, Matthias Schoenaerts, Andrea Riseborough, y así podríamos seguir listando nombres de excelencia.
El problema de la cinta es que la narración no está muy bien conseguida ni desarrollada, y la credibilidad del argumento en general es... bueno, dejémosla ahí. Sencillamente, no es una de las mejores películas de Russell.
Veremos hacia dónde va la carrera de un realizador controvertido, que ha pasado por diversas fases. Por lo pronto, este regreso, seis años después de Joy, ha sabido a poco, pese a sus impresionantes ingredientes.
Lo mejor: Los actores, todos excelentes (sobre todo Robbie, Bale, Washington, Nivola, Malek y Taylor-Joy), y el lujo que los rodea.
Lo peor: La narración es algo caótica y tampoco es que resulte muy creíble.