Dejando de lado que sus dos predecesoras eran también malas (tan malas, de hecho, que hasta eran buenas), esta Sharknado 3 acusa ya de manera muy clara el agotamiento de la fórmula.
Sí, vuelve a contar con un inicio potentísimo e hilarante a más no poder (esta vez en la Casa Blanca), el uso de la motosierra vuelve a ser la estrella (es vez incluso con... ¡motosierra láser! no se la pierdan), hay momentos de aplauso (el momento de gloria de Frankie Muniz) y otros sencillamente tronchantes (el final y el cameo de George R.R. Martin). Y está David Hasselhoff, cumbre de la caspa. Vale.
Pero el tufo a pesacado podrido es ya demasiado evidente, y lo peor es que la película, salvo esos detalles, es aburrida, cosa que no pasaba a ninguna de las otras dos.
Está claro que seguirá habiendo entregas mientras la cosa tenga éxito, pero la gracia ya se ha perdido.

Lo mejor: Lo hilarante que sigue siendo a ratos.
Lo peor: Lo pesada que es en su parte central.