Mezcla de drama deportivo con thriller erótico.
Hernán Belón dirige con acierto una película que pasa el aprobado de forma muy justa, la verdad. A ratos parece que lo único que interesa es la relación sexual vertiginosa entre Ramón y Deborah, pero no es fácil la identificación con estos dos personajes tan extremos y tan perdidos. Igualmente, no se termina de saber si la parte más deportiva, por así decirlo, tiene o no una importancia real. Vamos, que tanto da que Ramón sea boxeador, fontanero o profesor, salvo por la obvia y nada sutil metáfora de la lucha vital representada por los combates en el ring.
Pasable y nada más. Lo mejor, sin duda, la entrega de ese soberbio actor que es Leonardo Sbaraglia.