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Voto de Sibila de Delfos:
9
Romance. Drama Inglaterra, siglo XIX. Crónica de la intensa historia de amor entre el poeta inglés John Keats (Ben Whishaw) y Fanny Bawne (Abbie Cornish). (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es cierto que Bright Star podría haber sido más corta, y su narración podría haber sido más ágil, pero la película de Jane Campion es una obra exquisita.
Entran aquí, como en todo, las percepciones de cada uno, la conexión emocional que algunos sentimos con unas películas y otros con otras, lo que las hace especiales para quien las ve. La obra de Campion sobre el romance entre John Keats y Fanny Brawne es una película de una sensibilidad maravillosa, llena de belleza formal y también interna. Es cierto, no es para todo tipo de públicos, ni siquiera los acostumbrados al cine romántico comercial. No es comercial, no nos engañemos. Su ritmo es contemplativo (a veces quizás demasiado, todo sea dicho). La música, en una inteligente decisión, no martillea constantemente las imágenes, recalcando las emociones. Así, todo el protagonismo se deja a los cuidados diálogos, escritos por la propia cineasta neocelandesa, y los actores.
El trabajo de Campion en e libreto y tras la cámara es como la película en sí misma: delicado, elegante, muy pendiente de detalles, muy sensorial, y quizás requiere de varios visionados para ser apreciados en todo su esplendor. Pero es el trabajo de los intérpretes lo que eleva la película a una dimensión que, en manos de otros performers menos dotados, habría podido ser un telefilme de sobremesa. Paul Schneider resulta muy creíble como Charles Brown, aunque el guión carga demasiado las tintas contra su personaje, y, no nos engañemos, Schneider ya interpretó un rol parecido en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford. Pero es gracias a Ben Whishaw y Abbie Cornish que la relación entre Keats y Brawne resulta tan hermosa, emotiva y fascinante. Son dos actores cuyas miradas lo dicen todo, y en esta ocasión, además, acompañan dicho don con gestos que desprenden un cariño inmesurable y un compromiso que va más allá de las convenciones sociales y la enfermedad. Las escenas que comparten juntos, especialmente las más íntimas, son de una belleza y una sensibilidad inolvidables.
En definitiva, una gran película, bella y terrible como sólo pueden serlo las historias de amor de esta clase, que requiere de tiempo, paciencia y corazón para entenderla y apreciarla como se merece.

Lo mejor: Lo hermosa que es, en su conjunto, y las interpretaciones de Ben Whishaw y Abbie Cornish.
Lo peor: Podría ser un poco más corta y no pasaría nada. Al contrario, la narración se agilizaría en los momentos más densos.
Sibila de Delfos
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