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Voto de Sibila de Delfos:
6
Western. Drama Montana, 1925. Los acaudalados hermanos Phil (Cumberbatch) y George Burbank (Plemons) son las dos caras de la misma moneda. Phil es impetuoso y cruel, mientras George es impasible y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho donde tienen ganado. Cuando George se casa con una viuda del pueblo, Rose (Dunst), Phil comienza a despreciar a su nueva cuñada, que se instala en el rancho junto a su hijo, el sensible Peter (Smit-McPhee). [+]
8 de diciembre de 2021
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Jane Campion es una gran directora no debería ser noticia a estas alturas.
La neozelandesa, responsable de una película aún hoy muy recordada y admirada como El Piano, o de la maravillosa Bright star, es una realizadora de lo más elegante, dotada además de una capacidad extraordinaria para captar la sensibilidad y la emotividad, incluso en los entornos más rudos e inhóspitos. Phil Burbank y sus peones de rancho no son muy diferentes del Alisdair Stewart al que daba vida un odioso Sam Neill en El Piano, pero igualmente hay una poesía y un lirismo evidentes en la narración, y cómo esta se funde con la fotografía, la dirección artística y los escenarios naturales donde se ha rodado la cinta (en este caso, Nueva Zelanda, aunque la historia se desarrolla en Montana).
Así, lo mejor de El poder del perro es precisamente ese tono elegiaco de western moderno, de ritmo contemplativo, de pocas palabras, en la que todo está medido y pensado. Y sin duda, el otro elemento maravilloso que tiene es su inmaculado reparto. Desde un ingenuo e íntegro Jesse Plemons, pasando por la siempre interesante Thomasin McKenzie, la excepcional creación que hace Kodi Smit-McPhee con Peter (atención a cómo mira, y cómo esos gestos y miradas dicen mucho más que sus escasas palabras) y una Kirsten Dunst que realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera, si no la mejor (atención a cuando entrega las pieles a los nativos americanos, y esa mezcla de patetismo alcohólico, desesperación y determinación que entrega), todos los intérpretes brillan a un nivel altísimo. Mención aparte merece un impresionante Benedict Cumberbatch que pocas veces ha estado mejor, más vulnerable y más misterioso, despreciable y atractivo, todo a la vez. Sencillamente excepcional, lo que hace el Doctor Extraño cinematográfico. Qué maravilla de actor.
El problema de la película, realmente, es uno solo, pero se trata de algo suficientemente grave como para bajarle de golpe varios puntos. Dejando de lado que su ritmo contemplativo (es decir, lento) es excesivo en ocasiones, hay algo que lastra la narración, y es la escasa conexión entre los diferentes elementos de la historia. ¿Qué tiene que ver el evidente tono homoerótico en los personajes de Phil y Peter con todo lo demás? ¿Por qué Phil tiene tanto odio por Rose? ¿Por qué es importante y qué aporta a la historia el recuerdo de "Bronco" Henry y por qué Phil la toma con Peter desde un primer momento? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Preguntas que quedan sin respuesta y que, unidas a ese final que vamos a comentar en spoiler, dejan a la cinta entera con una sensación de estar inacabada y de que las piezas del puzzle no han terminado de encajar bien porque quizás ni siquiera pertenecían al mismo puzzle.
Correcta, notable incluso o sobresaliente en muchos aspectos técnicos y artísticos, pero poco compacta en lo narrativo y algo pesada en su desarrollo.

Lo mejor: La elegancia de la puesta en escena, su tono elegiaco y el poderosísimo reparto (especialmente Benedict Cumberbatch).
Lo peor: No se entiende muy bien cómo han de casar las diferentes piezas que componen su puzzle argumental, y el ritmo es a ratos demasiado contemplativo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sibila de Delfos
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