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Voto de Sibila de Delfos:
4
Drama J.D. Vance (Gabriel Basso), un ex-marine del sur de Ohio y actual estudiante de derecho en Yale, está a punto de conseguir el trabajo de su vida cuando una crisis familiar le obliga a volver a la casa que ha intentado olvidar. J.D. debe lidiar con las complejas dinámicas de su familia, incluyendo su inestable relación con su madre, Bev (Amy Adams), y su drogadicción. Alimentado por los recuerdos de su abuela Mamaw (Glenn Close), la ... [+]
26 de noviembre de 2020
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es ningún secreto que Glenn Close tiene una maldición con el Oscar. Aunque es ampliamente reconocida como una de las mejores actrices de la historia, la fabulosa protagonista de Las amistades peligrosas ha sido candidata en siete ocasiones y ha perdido siempre, incluso cuando parecía que más cerca lo tenía, como ocurrió en 2019 con The Wife, cuando Olivia Colman y su reina Anne de La favorita se cruzaron en el camino.
Más o menos lo mismo le ocurre a Amy Adams. Aunque mucho más joven que Close, su caso es parecido, pues ya van seis veces que opta a la dorada estatuilla y no consigue hacerse con ella (más alguna que otra vez en que la hubiera merecido y le escatimaron hasta la nominación, como en La llegada y Animales nocturnos, en las que estaba sensacional, como siempre).
Esto, queridos amigos, no tendría nada de malo, pus el tanto no se mide por los premios, y precisamente tanto Close como Adams no tienen ya nada que demostrar a nadie. El problema viene cuando aceptan proyectos en los que se ve que van a por la candidatura desesperadamente, como único objetivo. Este es el caso de Hillbilly.
La película de Ron Howard, que igual sirve para un roto que para un descosido, para un Ángeles y Demonios o para un Han Solo, para Una mente maravillosa o para Rush, es sencillamente una cinta mediocre. Sin más. Algo de lo que debieron darse cuenta dos actrices del calibre de Adams y Close, pero aceptaron sin duda demasiado cegadas por las posibilidades de premio que esto prometía. A saber: familia desestructurada, white trash pura, paletos auténticos del medio este americano (de ahí el aspecto de Close), en busca de redención y reconciliación. Mucho dramón, muchas lágrimas, mucho sentimentalismo, pero el resultado es una película de emociones absolutamente de plástico, con personajes más tópicos que nada y una narración bastante pobre.
Un claro paso atrás y una equivocación en la excelente carrera de dos actrices superlativas que en esta ocasión se han visto algo desesperadas por conseguir el premio de los premios... y van a pasar totalmente desapercibidas. Como la película.

Lo mejor: Su retrato de la sociedad white trash americana, aunque lo hemos visto mejor en Millian Dollar Baby o The Fighter, por ejemplo. Y, a pesar de todo, Amy Adams y Glenn Close siempre brillan.
Lo peor: Sencillamente, no ofrece nada relevante.
Sibila de Delfos
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