¡Quiá! Lumet es de mis preferidos. De mis tres preferidos. Pero alcanzar siempre la redondez no es tan sencillo.

Estoy de acuerdo con las críticas de FA. Y con las contracríticas. La apruebo con un 5,5. La he bajado porque algo falla.

Sean Connery es un grande. En "la ofensa" es tan grande que da realmente miedo.

Entrar en temas psicológicos puede ser meterte en camisas de once varas. ¿Porqué? Pues porque el ser humano es complejo, tienes muchos ángulos, muchos vértices, muchas aristas... y todo ello conectado entre sí, de manera que cualquier simplificación puede resultar obviamente simplona.

Lumet, además de solvente, es alguien valiente. Le mete los dedos en los ojos a un policía. Y lo hace sin crear un antagonismo facilón, como suele resultar cuando ponemos al lado del "policía malo" a un montón de "policías buenos".

La hipótesis es sólida: Un miembro del Cuerpo, ahora Sargento, acumula en su mente toda la basura criminal que ha contemplado durante su carrera. Lo que has visto, lo que has mamado, llega a formar parte de tí. A Sean Connery le desborda la inmundicia, no la puede controlar. ¿Qué pasa con otros policías que lo que maman es lo mismo? ¿El hecho de que "controlen" los hace mejores?

Lo expresado en el anterior párrafo se comprueba con el personaje de Trevor Howard. Algo nos dice que ese policía "controla" pero es un ser oscuro.

Quien mejor conoce la verdad de un ser así son sus cercanos. En la película, su esposa. Así está ella.

"La ofensa" es oscura, como la noche que inunda casi todo el metraje. Lumet es un buscador de la verdad, aunque duela.

Película nada acomodaticia de Lumet, ocurre que el tratar los psicologismos se te puede ir de las manos. En mi opinión la cinta acaba redundando, estirándose sin aportar apenas, se pierde en la reiteración de lo mismo. Así lo he vivido, perdóname Sidney.