Este maravilloso film ambientado en la Italia de principios de los años 80, cuenta la historia de amor entre Elio, un joven de 17 años que se pasa el día holgazaneando, tocando el piano o leyendo, y Oliver, un aspirante a arquitecto estadounidense de 30 que viaja hasta la gran villa donde pasa todos los veranos la familia de Elio. Poco a poco la pasión surgirá entre ambos.

Una película en la que los personajes secundarios pasan a ser invisibles ya que la química entre los dos protagonistas es absoluta y te absorbe. Guadagnino consigue pasar a imágenes una historia de amor de la manera más real posible y en ningún momento se te hace azucarada. Un relato conmovedor en el que Timotheé Chalamet lleva el peso de la película con una interpretación merecedora de una nominación al Óscar, en mi opinión el mejor actor de su generación.