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México México · Culiacán, Sinaloa
Voto de Orlak:
6
Ciencia ficción. Thriller. Intriga. Acción Dom Cobb (DiCaprio) es un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. La extraña habilidad de Cobb le ha convertido en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero también lo ha condenado a ser un fugitivo y, por consiguiente, a renunciar a llevar una vida normal. Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer exactamente lo contrario de lo que ha hecho siempre: la ... [+]
9 de agosto de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sueños: uno de los fenómenos más difíciles de explicar y de entender. Nolan nos los presenta como el punto neurálgico de la historia. Cierto que se muestran ideas interesantes, mas no originales. La trama de la película quizá sea un poco engañosa, pero si te mantienes con los ojos bien abiertos (sin estar soñando) descubres el acertijo (si es que lo hay). Sueños que conducen a otros sueños, que a su vez nos llevan a otros... y así sucesivamente. Aún así nunca me provocó una sensación de verdadero viaje al subconsciente; al contrario se me hizo un tanto superficial.

Ni es una obra maestra, ni es la película que viene a revolucionar al cine. No se engañen creyendo que es una cinta que sólo puede ser vista con su total atención o por mentes maestras. La puedes ver con los ojos cerrados y no pasa nada (¿qué no trata de eso el jueguito?), la puedes ver con los ojos abiertos y verás lo mismo: retazos pseudointelectuales de sueños muertos (los del director, por supuesto).

Quizá Nolan pensó que bastaba con jugar a ser Freud, pero no fue suficiente. Nos plasma los sueños (sus sueños) sin tener en cuenta que éstos son muy distintos en cada mente. Otro fallo (creo yo) es la acción que realiza el personaje principal (Di Caprio): un cliché de primera línea visto infinidad de veces, que te cuenta el final rápidamente. Mucha acción y efectos visuales, innecesarios, para lo que se pretende: sumergirnos en una especie de ensoñación, objetivo que no se consigue (al menos en mí).

Estamos hechos del material con el que se tejen los sueños, dijo Shakespeare. No hay porqué creernos reales y pensar que la película es parte de nuestra realidad. Ni sueñen con que Nolan, un falso tejedor de sueños, los ayudará a despertarse. Yo por mi parte me voy a disfrutar de un verdadero sueño: "El otro yo" de Jorge Luis Borges (éste sí maestro) del arte de hacer sueños.
Orlak
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