Puede alabarse a Corbacho por atreverse con un tema delicado, pero eso no justifica por sí mismo una película. Ése es el primer paso para el que quiere hacer buen cine, pero luego hay mucho camino que recorrer. Pero Corbacho se ha quedado ahí, en el intento, en la idea. El resto lo ha rellenado con topicazos y un didactismo, cuando menos, discutible. Lo siento, pero esperaba más de estos Cobardes.
En primer lugar, esperaba una mayor sutileza, un mayor grado de profundidad en un tema tan espinoso. Los personajes son tópicos (niño solitario, niño rico malcriado, profesores quemados, padres pasotas, etc.) y el desarrollo de la historia es completamente previsible, hasta el supuesto final pretendidamente poco complaciente parece impostado y falso. Pero tampoco es que haya consuelo en las buenas actuaciones; los niños están todos horrorosos (me da igual que sean críos, no llegan ni al mínimo), y de los mayores sólo salvaría a Elvira Mínguez.
Tampoco me termina de convencer su factura visual y ese aire de modernidad que le quita bastante de la poca fuerza que desprende la historia. Lo bueno es que es corta y no se hace demasiado pesada.
En fin, Cobardes es una apuesta fallida. Quiere ser una muestra de cine comprometido y beligerante pero se queda en el intento. Corbacho no termina de redondear la jugada y el espectador se queda con cara de tonto cuando se da cuenta del poco provecho que se le ha sacado a esta historia, de lo poco que nos llega un problema tan duro y vergonzoso. Lástima.