No es fácil hablar sobre la historia reciente y viva en el cine. La distancia a veces es muy necesaria para poder hablar con un mínimo de lucidez sobre ciertos acontecimientos históricos. Es por eso que Wolfgang Becker no pone en un primer plano la caída del muro de Berlín en Goodbye, Lenin!, sino que lo usa como trasfondo del drama de sus personajes. Así logra un equilibrio perfecto entre el drama, la crónica política y social y, en menor medida, la comedia.
Me gustó Goodbye, Lenin! por su sinceridad y su naturalidad. A pesar de que la trama camina al borde del abismo varias veces, el guion no opta por caminos fáciles o por efectismos, sino que avanza firmemente y sale airosa sin necesidad de salirse por la tangente. Es una película redonda, con personajes muy bien trazados y una ironía muy fina para tratar un tema tan espinoso como la caída del muro.
Goodbye, Lenin! es una película emocionante e inteligente, con un guion muy trabajado y unos personajes entrañables. Una buena muestra del potencial del cine europeo.