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Voto de mona0825:
9
7,4
1.867
Drama
Tres estafadores que operan en Roma, Augusto, Roberto y Picasso, preparan un golpe con la ayuda de otro timador, conocido con el sobrenombre de "El Barón". Éste les espera en una solitaria carretera para entregarles las instrucciones. El trío llega a una casa de campo donde, aprovechándose de la buena fe de unas pobres mujeres, les estafan cerca de medio millón de liras. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2012
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Cuan accidentada ha sido la “vida” de esta película, tal como la de sus protagonistas.! Mucho menos popular que cualquier otra película de su autor sin embargo no desmerece en calidad –en forma y contenido- ante otras hechuras de Fellini. En primer lugar, este filme se estrenó bajo la sombra del espectacular éxito internacional de La Strada. El público quizá esperaba algo más similar a ésta en lugar del cuento cínico y emocionalmente árido que es Il Bidone. El estudio obligó a Fellini a apresurar la finalización del mismo e impuso un segundo editor que dejó muchas escenas en el piso –quizá sin consentimiento del director-. Las intenciones del studio eran que la película se presentara en el festival de Venecia de 1955 y así fue, pero víctima del fracaso; los periodistas estaban mucho más interesados en el rumor (desde luego falso) de que Giuletta Masina –musa y esposa de Fellini- se había enamorado locamente de Richard Basehart (esposo de la también actriz y amiga de los Fellini, Valentina Cortese) y que habían huido juntos. Por si fuera poco, la versión más común que ha llegado en nuestros días es la de un corte todavía más masacrado que el presentado en Venecia, de apenas 87 minutos (afortunadamente la versión "original" de 110 minutos también está disponible aunque solo en region 2).
¡Solo de imaginarme lo que Fellini hubiera hecho en estos tiempos de versiones “director’s cut”!
En fin, en la versión que sea, ampliamente recomiendo hecharle un vistazo a este filme y disfrutar de los elementos que permanecen a pesar de la tijera: las sólidas actuaciones del trío de estafadores: Augusto, el mayor, interpretado por Broderick Crawford (a quien se le tuvo que poner un guardia personal para mantenerlo alejado de cualquier bebida alcoholica durante la filmación) y sus secuaces más jóvenes: el desenfadado Roberto -interpretado por Franco Fabrizi- y el simpático pintor frustrado y padre de familia Carlo “Picasso”, encarnado por mi favorito de siempre, Richard Basehart.
Disfrutables también el excelente soundtrack del maestro Nino Rota, la fotografía del infaltable Otello Martelli y sobre todo la soberbia dirección de Fellini, que ya prefigura su sofisticado estilo posterior, especialmente en la secuencia de la fiesta de fin de año.
¡Solo de imaginarme lo que Fellini hubiera hecho en estos tiempos de versiones “director’s cut”!
En fin, en la versión que sea, ampliamente recomiendo hecharle un vistazo a este filme y disfrutar de los elementos que permanecen a pesar de la tijera: las sólidas actuaciones del trío de estafadores: Augusto, el mayor, interpretado por Broderick Crawford (a quien se le tuvo que poner un guardia personal para mantenerlo alejado de cualquier bebida alcoholica durante la filmación) y sus secuaces más jóvenes: el desenfadado Roberto -interpretado por Franco Fabrizi- y el simpático pintor frustrado y padre de familia Carlo “Picasso”, encarnado por mi favorito de siempre, Richard Basehart.
Disfrutables también el excelente soundtrack del maestro Nino Rota, la fotografía del infaltable Otello Martelli y sobre todo la soberbia dirección de Fellini, que ya prefigura su sofisticado estilo posterior, especialmente en la secuencia de la fiesta de fin de año.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A mi parecer también es hermosa la manera en que este cuento aparentemente frívolo y dicharachero esconde una profunda tristeza y la ulterior falta de redención de sus tres estafadores. Augusto muere sin cumplir su ulterior buen propósito hacia su hija (y por el cual comete lo más deshonrable aun entre miembros de su profesión: tratar de estafar a sus iguales), mirando anhelante unos sencillos campesinos que se alejan por el camino; Roberto terminará –aunque no lo veamos en pantalla- como un exitoso contrabadista sin moral y el alegre Picasso, con todo y su facha inocente, será otro Augusto en algunos años: un estafador mediocre que solo puede ver a su amada hija de vez en cuando y desconectado del resto de la sociedad. Y aun más miserable que Augusto, dándose cuenta que su arrepentimiento ha sido tardío y que por un momento –solo un momento- pudo haber cambiado de vida y destino.