La guerra de Irak, ese conflicto que enfrentó a la nación más poderosa del planeta con el país oriental y tuvo una inmensa trascendencia mediática. Los soldados estadounidenses luchaban contra la gente de una país mil veces inferior en lo que a desarrollo se refiere a ellos, llevando a cabo tanto ellos como el otro bando grandes atrouidades: destrucción de ciudades, asesinato de civiles, abuso de mujeres y niños.. y otros indecibles acciones. Antes y durante a esa guerra llegan a un pueblo de la frontera con Turquía numeroso refugiados que han huído de las ciudades, la mayoría de ellos son huérfanos que han perdido a sus padres y a sus seres queridos. Se dedican a buscar minas, arriesgando sus vidas por las colinas próximas al pueblo y al campamento, coordinados por un joven dedicado a poner antenas para llegar las noticias a esos parajes. Entre todos esos niños dejados a su suerte en esas circunstancias nos encontramos con una niña llamada Angri que ha arrivado allí junto con su hermano manco Hengov y un niño pequeño, Riga, que depende de ambos.
Una impotencia desalentadora te llena cuando contemplas la debastadorsa y desoladora realidad reflejada en esta cinta, cuando ves lo que sufren las criaturas por todo lo que les ha ocurrido y por su futuro incierto, especialmente en algunas escenas, en las que parecía que el corazón se encogía con las sensaciones de pena y angustia que te invaden. Su dirección y la puesta en escena son sencillas, con los ambientes naturales idóneos, y los protagonistas y el desarrollo de esta desgarradora historia sorprenden y dejan sin habla y, sobre todo, con una pregunta rondando en la mente ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI ocurra algo semejante y haya gente que tenga que enfrentarse a una vida tan triste?.