Recuerdo que hace años hubo una noticia que decía que Netflix quería pagar algunos millones por tres capítulos más de Breaking bad. En ese tiempo me pareció absurda la propuesta y con el pasar de los años creí que nunca habían llegado a un acuerdo, pero todo parece indicar que Vince Gilligan aceptó la propuesta de Netflix ya que esta película más parece una serie. Son tres capítulos de 40 minutos cada uno, el promedio de lo que duraban los capítulos de Breaking bad.

A pesar de todo, según mi perspectiva, demoraron mucho tiempo en sacarlo y se nota que los años no pasaron en vano. A Jessie se le veía muy maduro, Walter tenía una calva de plástico —no sé por qué—, pero lo que más me impresionó y me distrajo fue el cambio físico de Todd. El actor cenó una vaca antes de grabar o quizás se comió a los personajes que no estuvieron, pero era demasiado perturbador ese cambio. Quizás no hubo mucho presupuesto como para mandarlo a la caminadora por unos meses, antes de grabar.

Por otra parte, todo se soluciona "muy fácil", por decirlo de algún modo. Y esto tiene que ver con que Vince Gilligan es bueno escribiendo guiones para series, porque tienen más tiempo para desarrollarse la trama, pero en cuanto a películas la cosa cambia. Por ejemplo, cuando necesitaba un número telefónico estaba al lado una guía de las páginas amarillas, cuando necesitó al vendedor de aspiradoras, justo se estacionó cerca de su tienda y reconoce el vehículo del viejo, cuando necesitó un arma justo hace una llamada y entra a su casa para tomar —¡oh, casualidad!— dos armas que necesitaría en el duelo que más tarde se daría. También me pareció que la parte del dinero fue demasiado forzada, como dándole un salvavidas en el momento preciso. Crean todos esos flashbacks con Todd para que de alguna manera le facilite a Jessie el dinero que lo ayude a escapar. Y más adelante, cuando le faltan $1800, va a tomarlo por las buenas al taller del soldador. Fue demasiado fácil esa parte. El tipo le dice dónde está el dinero y encima lo reta a un duelo, dejándole en bandeja de plata la posibilidad de que se lo lleve. Supuestamente el ganador se llevaba todo el dinero del otro, pero Pinkman no tenía su parte del dinero en ese momento; fue absurdo ese duelo y super forzado.

Nunca sentí que Jessie estuviera en peligro real. No hubo ninguna escena donde la Policía esté encima de él, con las esposas, listo para llevarlo a la cárcel. Hubiera sido emocionante verlo a Jessie escapar de algún arresto, pero nunca ocurrió. Tuve un sabor agridulce al ver la película; por una parte me golpeó la nostalgia, pero por otra, la forma en que se planteó la historia no fue lo que esperaba.

Me cuesta decir que la película fue buena, a pesar de ser fan de la serie que por muchos años seguí en su momento. Pero sé reconocer cuando se hace un buen trabajo y cuando hay cosas que no me convencen del todo. Sin embargo, no todo fue malo. Si tuviera que destacar algo de la película, sería la parte técnica que el estilo de Gilligan nos tiene acostumbrados: ya sea con unas tomas inusuales e impresionantes; o con la fotografía y la puesta en escena; o el manejo del tiempo en la narrativa; por esa parte, no tengo queja alguna.