Sin duda una película dulce y deliciosa con una música que guía de la mano a un guión maravilloso. Personalmente creo que hay que destacar tres puntos fundamentales en esta obra de arte:

1. Charles. Galán y rico caballero inglés, se caracteriza, no sólo por ser el protagonista de la película, sino por su carácter patoso e inocente y su aparente calificativo de rompecorazones. Pero en el fondo es un joven bueno en busca de un amor verdadero. Un personaje con el que es fácil empatizar y que hace de la historia una verdadera maravilla.

2. 4 bodas. No sólo el vestuario y la banda sonora aportan mucho a la escenografía. Las ubicaciones y los extras, así como los lujosos banquetes, diálogos y bailes conforman un puzzle de momentos y situaciones divertidas y en ocasiones incluso estrafalarias, que le dan ese ambiente mágico al largometraje.

3. Los secundarios. Sí. Son actores y actrices famosas, con largas carreras en la industria del cine y lo evidencian con actuaciones impecables. Pero más allá de esos, son personajes divertidos y agradables, sustento y base de toda la historia y verdadero motor del excelente guión.

Puede que no sea una de las mejores películas de la historia del cine, pero en mi opinión, no tiene comedia romántica capaz de rivalizarle. Sin duda, totalmente recomendable, especialmente para una tarde de domingo en que se quiera disfrutar de buen cine.