En primer lugar, la crítica está orientada a toda la trilogía de los "Tres Colores" de Kielowski. Recomiendo leerla después de haber visto las tres.

Al empezar a verla adopté una postura de reserva. Pensaba que iba a encontrarme con algo de pedantería en los temas que trataba -espíritu humano, aspectos metafísicos...-, pero Kielowski, que en paz descanse, ha mostrado esas tres dimensiones del alma humana sin parecer pedante, y con la sabiduría que una persona tiene al tener poco más de 60 años, además de hacer las tres películas de manera inteligente, coherente, y con una mirada comprensiva. A menudo hay temas en el cine que es mejor tratarlos cuando tienes una edad determinada, lleno de experiencia, vital y profesional. Gracias a eso, el director polaco nos ha hecho un buen regalo.

Vamos ahora con cada una de las películas:

1. "Azul", sobre la libertad, trata sobre Julie (Juliette Binoche), quien pierde a su marido, un prestigioso compositor, y a su hija, en un accidente de coche. Lo pierde todo, alcanza la libertad, pero se aisla, no quiere saber nada. Olivier, agente del marido de Julie, le pide que entre los dos acaben el "Concierto para la reconciliación de Europa", y acabar con su aislamiento, para dar inicio a una nueva relación amorosa. Idea principal: la libertad es nuestra, pero no debemos usarla para aislarnos, ni de manera egoísta. Es dramática, pero esperanzadora.

2. "Blanco", sobre la igualdad, es la historia de una pareja, Karol (Zbigniew Zamachowski), polaco, y Dominique (Julie Delpy). Tragicómica, la película comienza con el divorcio de ambos debido a la impotencia de Karol. Al divorciarse, lo pierde todo, y con un compatriota de su país natal, Nikolai, vuelve a su Polonia natal para rehacer su vida... y de paso orquestar una venganza contra Dominique. Idea principal: cuando nos asociamos con alguien dentro del término de la igualdad, debemos mantener el amor y el respeto mutuo. Buena, con toques de drama y comedia, pero no tan notable como "Azul" y "Rojo".

3. "Rojo", sobre la fraternidad (personalmente es la que más me gusta de las tres). Valentina (Irene Jacob), una modelo prometedora, salva la vida de un perro cuyo dueño es un ex-juez (brillante Jean-Louis Trintignant) que espía las conversaciones telefónicas hasta haberse convertido en un vicio imposible de eliminar, a no ser que Valentina, cada vez más interesada por él, le ayude en su lucha por liberarse de esa cadena. Idea principal: todos estamos obligados a ayudar a quienes lo necesiten (como la omnipresente anciana que va al cubo de vidrio), de manera desinteresada.