Se agradece ver entre tanta serie ignominiosa contra el buen gusto y la inteligencia ver, de vez en cuando, surgir algo fresco y original en el Carrefour televisivo. La serie cuenta con interpretaciones muy correctas aunque algunos personajes carecen de la profundidad que el guión y los diálogos les ofrecen; no sé si debido al baile de directores o a la falta de capacidad interpretativa. El guión recrea una suerte de costumbrismo mágico - ya sé que me he inventado la calificación, pero las calificaciones son siempre burdas- que alcanza cotas de brillantez absoluta, muy bien reforzado por diálogos inteligentes y hábiles. Una cebolla de múltiples capas: la dualidad vida/muerte, problemáticas sociales, relaciones personales, las emociones reprimidas, ... No es menos cierto que es abusiva en algunos de sus recursos psicológicos de enganche tan típicos de las series. Pero con todo ello conforma un conjunto muy atractivo y recomendable, sobretodo tras ver aclamadas series como Prison Break que, a un servidor, le resultan conmovedoramente fracasadas artísticamente.