Lejos de la calidad de "The West Wing, House of Cards, The Wire, The Thick of It, The Good Wife" y otras, "Scandal US" es en líneas generales una serie entretenida, aunque adolece de ciertos defectos insoslayables:
1) Kerry Washington (Olivia Pop) no es ni remotamente la actriz adecuada para el rol, ya que su fisonomía está lejos de dar la sensación de ser el tipo de mujer que pueda despertar la pasión de tantos. Y en particular de un actor como Toni Goldwyn, aquí el presidente Grant de USA. Sí en cambio su esposa, Bellamy Young, correctamente elegida para el personaje y de buena performance.
Ergo, el leit motiv de la serie - su columna vertebral - no transmite credibilidad.
2) Continuos parlamentos extensos y muy rápidos que dificultan mucho el entendimiento para quienes necesitan subtítulos.
3) Una innecesaria y ridículamente despareja relación gay entre el jefe de gabinete - un cincuentón - y su marido treintañero, la que primordialmente parece estar incluída para captar al target homo.

Es evidente que el guión - además de ocuparse de cuestiones que son materia corriente del quehacer político cotidiano - ha tomado unas cuantas situaciones de la vida de varios presidentes, alternando su origen político con la intención de compensar en la ficción el disvalor social del que fueron víctimas por su desapego a "la moral pública".
De este modo, se dramatiza en un republicano aconteceres de demócratas como Kennedy y Clinton. Y también se le atribuyen hechos análogos a los que vivieron Nixon y G.W.Bush, particularmente este último por su cuestionada legitimidad en el escandaloso triunfo obtenido ante Gore en una elección amañada en el estado de Florida, donde por entonces gobernaba - y aún gobierna - su hermano Jeff Bush.
Además, hay excesiva liviandad y relativamente poca profundización en cuestiones de estado, locales e internacionales, en pro de hacer de cada capítulo de la serie una especie de ensalada entre thriller político, historias románticas, espionaje, conspiraciones, etc;
Sin embargo, es de destacar la tan valiente como constante exposición de violaciones a los DD.HH. del gobierno norteamericano mediante torturas, persecuciones, invasión a la privacidad, etc. etc. a propios y ajenos.

Como hasta aquí llevo vistas las dos primeras temporadas, puede que mi impresión se profundice tanto en el sentido expuesto como que se revierta, aunque de aquí al final dudo que cambiemos... ni la serie... ni este espectador.
En síntesis, sin estar entre lo mejor ni lo peor del género, se puede ver.