En noviembre 2013, terminada la quinta temporada, escribí mi reseña crítica, que ahora puede leerse en el spoiler.
Hoy jueves 12 de mayo del 2016 he visto el último episodio de la serie (S07E22), y tras ello busqué conclusiones analíticas de expertos en distintos blogs. En general hay coincidencia en que en las dos temporadas previas la serie decae y que el final resulta a algunos satisfactorio y a otros no tanto.
Personalmente pienso que en su conjunto The Good Wife es un magnífico viaje por el universo de la mujer, tanto el de la protagonista principal como las secundarias -que no lo son en importancia en la trama-, situando a los hombres en un lugar menos preponderante. Pero lo paradójico, es que aunque no se limite a el, esta es una saga que discurre primordialmente en un ámbito original y tradicionalmente "varonil", como lo es el mundo del derecho, los tribunales, bufetes de abogados, la política, etc. Un ámbito en el que si bien hoy día la mujer se desempeña a la par del hombre, debe hacerlo aceptando los códigos de una construcción tanto psicológica como cultural de matriz masculina: la ley. Y por ende, en el que el nivel de lenguaje, semánticamente hablando, es más propio de hombres que de mujeres, lo cual lleva a que todos y cada uno de los personajes femeninos que dan sentido a la serie, resulten indefectiblemente "fríos", aun cuando el apasionamiento no sea ajeno a su derrotero singular. Además, a ello se le agrega estar también signadas por las características antropológico-sociales de su tradición anglosajona, quiérase o no diferente a la latina.
Con todo esto quiero decir que en el balance final, The Good Wife me ha resultado más una riquísima serie en el plano intelectual que en el emotivo, lo cual me ayuda a soslayar altibajos inevitables a lo largo de un producto de siete temporadas, así como a restarle importancia a las particularidades de su final, ya que en síntesis encuentro su alto valor en lo que me ha ofrecido a lo largo del recorrido, más que en el impacto final de su remate.
Por último, entiendo que el mensaje medular de la serie ha sido mostrar la condición humana en la dialéctica de sus contradicciones y ambivalencias, en sus neurósis y objetividades, en sus auto-engaños y sinceramientos, en la relación, vinculación y grado de importancia que se tiene entre unos y otros, las alianzas, traiciones, pasión, indiferencia, etc. Y según mi humilde opinión, lo ha logrado sobradamente.
Aunque por naturaleza sentimos empatía con los personajes de una historia que nos interesa y en la que nos involucramos activa o pasivamente, no siento que vaya a extrañar a Alicia Florrick: ha sido magnífico conocerla en la ficción, pero en el mundo real, prefiero a las mujeres que irradian calidez femenina.
Hasta siempre, "Buena esposa".