Cada día hacemos lo mismo y también lo diferente. Todo depende de cómo vivamos esos momentos. esa cotidianeidad. La motivación está en nosotros, en nuestra observación de la vida, en nuestro interés. Por eso Jarmusch hace una película sobre la dualidad, sobre el número dos, sobre los gemelos, sobre una pareja radicalmente distinta y profundamente enamorada. Todos somos dos.
El amor. Ésta es una película sobre el amor, sobre la aceptación del que no es como nosotros, sobre el amor como silencio, como creación, como camino, como final del día, como comienzo del día.
Ésta es una película sobre un perro celoso, un perro que es la clave de toda la historia. Un perro que no nos quiere, pero al que todas las noches sacamos a pasear, al que dejamos solo mientras nos tomamos nuestra última cerveza, al que miramos cada día pero al que no le escribimos ningún poema. Un animal inteligente que nos recuerda que cada día hay que repetir el gesto de colocar el buzón. No es maldad, sólo memoria. El perro es el hijo rebelde.
Ésta es una película sobre los detalles invisibles, sobre esas pequeñas cosas, sobre los cuadernos, sobre lo artesano, sobre el tiempo, sobre los besos. Todo está en esta maravilla de película que es un universo, un deseo, una lucha, un descubrimiento, una aceptación. Cuaderno o teléfono móvil. Dualidad. Elección. Vida.
Compañeros cinéfilos, disfrutad Paterson, es una proeza en estos tiempos. Recordadla, utilizadla como terapia en esos momentos insoportables del día.
Amadla. Esta película nos devuelve al mejor Jarmusch, y eso significa que nos devuelve el mejor cine posible, la mejor lectura posible de nuestra pobre vida. Nos devuelve lo mejor de nosotros, lo mejor del ser humano. Amar es amar lo diferente.