Claro exponente del estilo retro-futurista, se trata de una elegante historia contada por unos elegantes actores, destacando a un impedido Jude Law, que mezcla un muy conseguido suspense con la ciencia ficción y un ligero toque a serie negra.
Con estas premisas, solo queda sentarse y disfrutar de una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia, que bebe directamente de fuentes literarias como Brave New World de Aldous Huxley o 1984 de George Orwell, un limpio y diáfano futuro donde el estatus de una persona se mide por la calidad de sus genes.