Esta es sin duda la película francesa menos francesa que he visto hasta el momento, Dassin demuestra estar fuertemente influenciado por el cine negro americano, país del que tuvo que salir exiliado señalado como comunista, lo único que nos recuerda que estamos ante un film noir francés es que las calles por las que caminan los personajes son las de París.
Rififi aúna momentos realmente brillantes como los del atraco a la joyería, con otros un poco menos acertados, sobre todo en lo que a comportamientos y casualidades fatales se refiere una vez consumado el robo. A pesar de todo posee la virtud de hacer que esos momentos meno lúcidos no empañen el conjunto de la obra que tenía todas las cartas para ganar, poco enrevesada, fácil de entender, emocionante y entretenida.
Por que esa es otra de las ¿virtudes? de Rififi, es una película muy sencilla, no tienes que estar excesivamente pendiente de los diálogos ni de las situaciones para comprender la trama.
Es ya propio del genero negro de atracos, esa ley no escrita por la cual cuanto más brillante sea el golpe más desastrosa será la debacle posterior, ya desde el principio sabes que no debes encariñarte demasiado con los protagonistas por que tarde o temprano irán cayendo como moscas dentro del circulo rojo del que hablaba Melville. El director tampoco se preocupa en exceso de que les cojamos cariño, ya que prefiere perderse en números musicales de cabaret en lugar de desarrollar un poco más las personalidades de los personajes.
En definitiva, una buena película, pero no creo que pueda ser considerada el mejor exponente del género negro europeo.