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Voto de Javi McClane:
3
Ciencia ficción. Terror Wheelsy es un pueblo soñoliento de Estados Unidos, pintoresco y tranquilo. Sus simpáticos habitantes no meten las narices donde no les llaman. Pero por debajo de este bonito barniz se esconde algo sin nombre, malévolo, y ese algo crece. Nadie parece darse cuenta de que cada vez hay más avisos de animales de compañía perdidos ni que Grant Grant, uno de los ciudadanos más prósperos del pueblo, empieza a comportarse de un modo muy raro. ... [+]
31 de agosto de 2020
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James Gunn es uno de los directores y guionistas más valorados del momento, siendo todo gracias a su mejor película, que no es otra que la sorprendente Guardianes de la Galaxia (un triunfo absoluto de Marvel, en todos los sentidos), repitiendo tras las cámaras en su inferior pero estimable secuela.

Después de cierta polémica (que le valió el despido por parte de Disney/Marvel), el bueno de Gunn pegó el salto a DC (estuvieron bien rápidos), siendo sus próximas películas la esperada The Suicide Squad (secuela de la defenestrada cinta original, pero vendida como algo nuevo) y la tercera entrega de los Guardianes, después de que Disney rectificase y lo volviese a contratar.

Pero no estamos aquí para hablar de su futuro, sino más bien de su pasado, con dos cintas más que cuestionables, como son su debut en la dirección, Slither (2006) o la espantosa Super (2010), aunque cabe reconocer que ambas producciones tienen no pocos defensores, al ser propuestas diferentes, coqueteando con la mediocridad (de forma consciente) a cada instante.

Antes de debutar en la dirección, Gunn había escrito previamente el estupendo remake de El amanecer de los muertos / Dawn of the Dead (2004), que curiosamente es la mejor película de Zack Snyder (aunque ésa es otra historia...), y cuyo éxito le valió cierta reputación en Hollywood, después de sus orígenes en la Troma (estudio responsable de subproductos como El vengador Tóxico).

Recuerdo que en el lejano 2006 (cuánto ha llovido), promocionaron Slither como lo nuevo de los creadores de El amanecer de los muertos (que tampoco era mentira, todo sea dicho), y es así como me engatusaron para visionar esta bobada que todavía no me explico cómo es posible que tenga un 80% en Rotten Tomatoes, aunque también es cierto que el público le dio la espalda, siendo un sonoro fracaso, al no poder recuperar su escaso presupuesto de 15 millones de dólares (recaudó 12... al rededor del mundo).

En su momento me pareció una aberración, a la que no le encontré nada positivo (quizás algún detalle, que luego comentaremos) y que me dejó claro que con un visionado era más que suficiente. Después de tantos años, Netflix la ha rescatado del olvido (a pesar de tener algunos fans, pero tampoco nos pasemos), estrenándola en su catálogo como una gran novedad. A pesar de que la primera experiencia fue bastante horrorosa, había decidido darle otra oportunidad, más que nada por el entusiasmo mostrado por ciertos cinéfilos, que celebraban su llegada a la plataforma como si fuese un clásico de culto del terror.

Una vez revisionada, no puedo más que confirmar que me he encontrado con el mismo bodrio que hace catorce años, ya que sigo sin comprender cómo los críticos y cierto sector del público (en especial los amantes de la casquería) han aplaudido con tanto entusiasmo un insustancial y olvidable producto donde nada funciona. Pero vayamos por partes.

La dirección de Gunn cumple, en especial para ser un debut, pero tampoco es nada memorable. Cierto es que los efectos de maquillaje son impresionantes y todavía hoy en día sorprenden, aunque eso no quita que sea una cinta realmente asquerosa no recomendable para estómagos sensibles. He avisado. Eso sí, los efectos especiales quizás hayan quedado algo desfasados, pero tampoco sería justo remarcarlo como algo negativo, ya que estamos hablando de una propuesta de bajo presupuesto y de hace casi quince años.

El señor Gunn también se encarga del guion, y al igual que en la muy superior El amanecer de los muertos, se aprecia cierto cinismo y crítica social (en especial a los republicanos, que curiosamente fueron los que orquestaron hace un año la campaña que provocó que le despidieran de Marvel...), pero donde se aprecia una ausencia de mala baba y humor en una película que parece que quiera jugar a ello, pero con resultados que distan de lo esperado. Un quiero y no puedo de toda la vida.

Prima más el dramatismo en la propuesta que no la comedia, como en el caso de los personajes, a cada cual más insípido y que nos importan bien poco, los cuales no transmiten ni simpatía ni humor, en un cóctel sin gracia y que se toma mucho más en serio a sí mismo de lo que pretende. Quizás si Gunn hubiese estado a lo importante...

La película dura unos escasos ochenta minutos, que podría decirse, como en otras ocasiones, que son acertados y hacen que el ritmo de la cinta no decaiga ni se haga pesado el conjunto, pero da la sensación de que todo es muy atropellado, notándose que falta desarrollo de personajes (o simplemente escribirlos mejor), sin obviar que a la cinta le cuesta arrancar y desmadrarse, ya que la casquería no llega hasta el ecuador de la película, repito, de apenas ochenta minutos. Eso nos deja cuarenta supuestos minutos de disfrute. Los soporíferos cuarenta minutos anteriores son dignos de tirar a la basura (incluida una subtrama romántica, patética a más no poder), ya que se supone que nos presentan a los personajes y la historia, pero es que nos importa todo un pimiento. Sabemos a lo que hemos venido, y queremos ver gore y vísceras, y éstos tardan demasiado en llegar...

Tampoco se puede destacar mucho el reparto, ya que tenemos a un desubicado y soso Nathan Fillion, del cual se desaprovechan vilmente sus dotes para la comedia, y en el que seguramente sea el peor personaje que le ha tocado interpretar. Un protagonista sin carisma ni gracia ninguna. Elizabeth Banks lo intenta, saliendo un poco más airosa, pero nada a destacar. También tenemos a unos muy desaprovechados Michael Rooker (el mejor del reparto, aunque con pocos minutos para su lucimiento) o a un histriónico Gregg Henry como improbable alivio cómico... ya os digo yo que no.

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Javi McClane
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