Thriller de acción con guión sólido que se apoya en la interpretación que mejor le sale a Ford -después de Indy-: la del espía/poli perseguido. Si en "Búsqueda frenética (Roman Polanski, 1988) tenía que buscar a su mujer en París, aquí como el mítico Ryan la protegerá de terroristas irlandeses.

El film de Noyce ofrece más de lo que suelen ofrecer los thrillers al uso y en gran parte es porque sabe resolver estéticamente muy bien la cinta y eso le juega muy a favor.

La forma en que Noyce y McAlpine (fotógrafo) "colorean" el film es muy sugerente. En primera instancia Ford, quien es el débil, se encuentra siempre en lugares cálidos y sospechosamente muy iluminados -véase el exceso de luz en los cuarteles de la CIA-; y Bean quien es la amenaza siempre se halla en lugares oscuros y fríos. Sin embargo hacia mitad del film los roles se intercambian, Ford pasa a la posición de ataque después del "accidente" en la carretera, inteligentemente la fotografía se opone a lo mostrado anteriormente, los cuarteles de la CIA tienen menos luz que antes, y en la casa de Ford, Noyce jamás filma los muebles rojizos sino que ahora opta por encuadres donde predomina la pared blanca; es justamente ahí cuando Bean se traslada al desierto -que conveniente- y pasa a estar rodeado de colores cálidos y luminosos. No obstante habrá una tercera instancia donde todo se mezclará de forma muy deliberada, esto ocurre en ese final en la casa de Ford, aquí éste vuelve a ser el débil y su casa nuevamente es cálida -incluso todos los hombres que vestían trajes negros pasan a vestirse de marrón- pero inteligentemente Noyce se aferra a la tormenta para oscurecer y enfriar la casa a su antojo -cada relámpago enfría la pantalla-.

La pega es el abuso de primeros planos, recordemos que este recurso es para dar intimidad, intensidad y detalle a una situación; pues bajo este criterio este film sería intimista, intenso y detallista durante sus 2 horas. Es un problema porque cuando el director necesita realmente mostrar una situación intensa no tiene recursos para hacerlo porque ya los ha gastado.

La otra pena es el desproporcionado final, todo lo que ocurre desde las canoas en adelante supera mi poder de perdón.

Lo mejor: es correcto en su fondo y coherente en su forma.
Lo peor: carece de intriga para estar basada en la novela de un espía.