Personalmente no me hace mucha gracia este conocidísimo humorista inglés. He visto varias veces su serie y generalmente me he aburrido. Tampoco puedo hablar maravillas de la que fue su primera incursión al cine ("Bean, lo último en cine catastrófico"), que a pesar de contar con algunos momentos graciosos me resultó digamos algo comercial. Por ello cuando dos amigos me propusieron ir a ver esta segunda aventura de Bean, acepté no muy convencido.

La primera parte de la película no hizo sino incrementar mis peores sospechas. No digo que Rowan Atkinson sea un mal humorista, simplemente no consigue hacerme reír. Mis amigos sin embargo parecían satisfechos de haber pagado la entrada. La película avanza, y es cuando Bean encuentra al niño que empiezo a observarla con otros ojos; ya no espero reírme, sino sonreír. Y cuál es mi sorpresa cuando veo que sí, que estoy sonriendo prácticamente en cada escena. Al tiempo que esto ocurre, uno de mis amigos se gira hacia mí y me susurra: "Lo siento...". Nada más lejos de la realidad. "Está bien" le digo. Me mira incrédulo y vuelve a su posición.

"Las vacaciones de Mr. Bean", lejos de continuar la estela de comercialidad y magnitud de la primera parte, deja América de lado y se marcha a Europa, convirtiéndose en una película que, aunque a ratos puede cansar, posee un tono general que invita a sonreír, a disfrutarla, a dejarse llevar. El trío formado por Rowan Atkinson, la bellísima Emma de Caunes y el niño Max Baldry se embarca en un viaje hacia Cannes, hacia su festival de cine, para devolver al niño perdido a los brazos de su padre. Willem Dafoe interviene en esta parte como el cineasta Carson Clay, en uno de los momentos más hilarantes de la cinta.

Con resemblanzas con "The Kid" de Chaplin (salvando las distancias) en algunas escenas, este segundo capítulo del torpe y simpático personajillo inglés camina más por las carreteras de una road movie directa al corazón que por las de una comedieta al uso directa a la risa fácil, y es aquí donde reside su valor. Todos los elementos del filme se conjugan de forma muy correcta para llegar a un final que dejará a más de uno con la boca abierta... abierta por una gran sonrisa.